Enriquillo Sánchez ejemplo vivo por vía de la negación de lo podrido
Los tarados que forman el seudo-mundo de los auto-denominados intelectuales y artistas del país, cuyos méritos y talentos reales, en uno u otro campo, son más bien actitudes mercenarias y prolongadas sumisiones abyectas a los intereses y dictados de los consorcios monopolistas recolonizadores y a las compañías publicitarias que le operan los marketing de las que son empleados o payasos pagados esos mismos seudo-intelectuales y seudo-artistas, si no de los bufones que componen los llamados círculos de Poder de los corrup-Partido Revolucionario Dominicano, corrup-PLD o corrup-Partido Reformista Social Cristiano, escogen de entre ellos sus mismas creaturas, mientras más pusilánimes y depravadas en el campo de su oficio, más supuestos méritos e imaginarias como nunca exhibidas virtudes se le atribuyen a los muñecos de trapo que pretenden erigir en su tótem. Este es y no otro el caso del rufián depravado y degenerado en toda la extensión de la palabra-concepto del tal Enriquillo Sánchez, un archi-oportunista y verdadero filisteo, epígono o ejemplo inigualable de la basura pestilente en que convierte el oportunismo revisionista a cualquier presuntuoso que toma el lóbrego y decadente camino de adhesión y militancia en el revisionismo contemporáneo que encarnara Nikita Jruschov para dar continuidad a todas las basuras oportunistas de los revisionistas Karl Kautsky y Bernstein en contra de la doctrina de Marx, Engels, Lenin, Stalin y Mao Tsetung. Enriquillo Sánchez es un ejemplo vivo por vía de la negación de lo podrido, y no de lo positivo ni del desarrollo progresivo y creador de la doctrina del socialismo científico creado por Marx y Engels, de que, efectiva y decisivamente, su carácter de clase proletario y su espíritu de Partido Comunista son dos factores vitales que garantizan que dicha doctrina y filosofía, como explícita y contundentemente lo establece Lenin en “Materialismo y Empiriocriticismo”, no pueda ser utilizada ni aplicada por los exponentes -como era el caso del carajete presumido Enriquillo Sánchez-, por los lacayos titulados que creen que pueden tergiversar y doblegar impunemente el espíritu del socialismo como doctrina guía por medio de liturgias académicas y de círculos de parásitos adocenados que se la dan de intelectuales y artistas para desde ahí despotricar contra el carácter práctico revolucionario que hegemoniza el valor de la práctica sobre toda especulación teorética de carácter abstracto del marxismo-leninismo. Marx y Engels enseñaron a los comunistas a no dejarse amedrentar ni chantajear por esas tripas vacías y filisteos, presuntuosos y llenos de complejos de esclavos serviles y por ello complejos de inferioridad, como este carajete mendaz que se llamó Enriquillo Sánchez. El oportunismo revisionista jruschovista anti-stalinista y anti-maoísta del presumido filisteo Enriquillo Sánchez, le llegó por vía de su mismo padre Aníbal Sánchez que siendo un mulato siempre presumió de oligarca, y cuando estas pretensiones se le vinieron abajo, siendo tan engreído quiso formar parte de la logia revisionista oportunista architraidora PSP que daba albergue en su seno a todos esos indigentes espirituales y presumidos por lo que devino en una capilla de renegados como tan bien lo tipifican los hermanos Docoudray, José Espaillat, Pedro Mir, Tulio Arvelo, Abelardo Vicioso, Chito Henríquez, Dato Pagán y tantas otras basuras. Por vía de este padre se sintió ser heredero del negro y héroe nacional Francisco del Rosario Sánchez, hijo de una esclava negra, fusilado por los representantes de la Iglesia Católica y los pro-españoles y anexionistas Pedro Santana y el padre Bobadilla. Pero claro, igual que el padre, nunca quiso identificarse ni hacer causa común con el pueblo de abajo, sino en tanto mostraba un profundo desprecio hacia éste y su dura situación de vida, vivía añorando y rezando, pidiendo bajo todas las formas para que la ridícula oligarquía criolla le abriera un espacio a ocupar en su seno. Enriquillo Sánchez se montó desde muy joven en el carro de los oportunistas que creyeron que enganchándose a socialistas revisionistas y renegados, alcanzarían su objetivo de ostentar el rango de un miembro de la oligarquía, que fuera la mortificación obsesiva de su familia hasta llevarlo a él y a su hermana por los más extraviados caminos de las aberraciones de todo tipo. No cabe la menor sospecha de que el terminar ahogado y aplastado por las depresiones provenientes de tantas fantásticas presunciones sostenidas en el más abyecto decadentismo teórico y práctico, era un futuro de antemano previsto y augurado para un presuntuoso y vanidoso rufián como fue todo el tiempo Enriquillo Sánchez, no sin antes transitar por los tenebrosos caminos de la locura y la esquizofrenia, con todas las bajezas y miserias humanas practicadas que le son afines, que le llevara hasta a la insolente aventura de cerrar filas con los que despotrican contra el marxismo-leninismo y declarar utopía la meta del socialismo, pues ni el primero le llevó a los salones aristocráticos en que como moscas en las letrinas quería cimbrearse, y el socialismo no era un carnaval donde sus participantes se desplazan montados en carrozas tiradas de panteras negras con perfumes, con flores y una orgía permanente, sino una lucha cruenta y despiadada entre los explotados que no renuncian a tomar el cielo por asalto, de un lado, y los explotadores con todo su reaccionarismo del otro lado, dispuestos siempre a desplegar las más crueles y despiadadas campañas de exterminio y genocidio bajo todas las formas sobre los trabajadores a fin de mantener en pie su régimen de explotación y opresión. Enriquillo Sánchez no tenía ni tuvo madera para esto ni tuvo jamás posibilidad de lograr tenerla, puesto que lo suyo estuvo determinado por el revisionismo y el oportunismo anti-marxista-leninista y jruschovista. Enriquillo Sánchez, en la máxima expresión del derrotado y fracasado, no tuvo empacho en denostar e insultar a Marx y el marxismo, llegando incluso a igualarlo a desechos pestilentes de la aberración como Nietzche, Heidegger, Kierkegaard, Sartre, etc. Sus apologistas del mundillo nauseabundo ese del que hemos aquí hablado, quieren pintarlo como una gran cosa para así ocultar su falta absoluta de validez en cualquier terreno que se le pretenda abordar. Y es que el tal Enriquillo Sánchez, igual que Andrés L. Mateo o un Tony Raful, son de ese tipo de moscas y rufianes que si uno los cambia por mierda, pierde el envase. Enriquillo Sánchez, en su pusilánime y nauseabunda existencia de renegado revisionista y canalla oportunista tuvo tres posiciones claras: a) su condición de oportunista y renegado revisionista; b) su condición de insignificante y c) su invariable y patológica herencia por la vía doble de padre y madre de anti-comunista y anti-PACOREDO a rajatablas e invariable, lo cual nos llena de vanidad y se lo agradecemos, pues nada enaltece más que ser infinitamente odiado por el enemigo irreconciliable de clase.
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