El lacayismo palidista refleja su condición de agentes anti-nacionales como apátridas que han jurado por la bandera yanqui Actual gobierno protege al gangster Hans Hertell beneficiario del veneno rocash
Es cada vez más y más evidente que el rumbo del gobierno de Leonel Fernández-Pálido está apuntando a servir los intereses de los Estados Unidos tanto sobre el país como en lo que se refiere al mundo, al Continente de Sudamérica, El Caribe y todas las demás regiones. Ese horizonte de ser un lacayo yanqui lo tiene el mismo Presidente de gobierno como su meta personal obsesiva, y persistente por tanto, y se comprueba en la colocación como cónsules en distintos lugares de los Estados Unidos de cinco que eran dominicanos por su nacimiento pero que dejaron de serlo de hecho al jurar como ciudadanos norteamericanos. Lo de la doble nacionalidad es un mamotreto elaborado y aprobado por un Congreso adocenado y genuflexo integrado por representantes de los parias sociales, morales y políticos de los corrup-perrodé, corrup-Pálido y ultra corrup-Partido Reformista Social Cristiano con objetivos espurios e inconfesos que giran alrededor de la acariciada decisión de las potencias coloniales de la fusión de República Dominicana y Haití en aras de su programa de recolonización total de la isla. Aunque esa doble nacionalidad fue canalizada a través de la AID y de la Iglesia Católica y los protestantes, cuyas sectas son cubiles de mercenarios despreciables hacia los Estados Unidos, en este país no se le reconoce a los nacionalizados como norteamericanos otra nacionalidad que la suya. Esto queda comprobado en que los Estados Unidos no reconocen a esos funcionarios dizque dominicanos pero que ya habían jurado por la bandera yanqui. Y las informaciones periodísticas dan cuenta de que las autoridades yanquis están dispuestas hasta a disponer el cierre de dichos consulados. Leonel Fernández, su gobierno y el Pálido saben de esta situación, y conocían perfectamente que la misma se produciría una vez que se hicieran esas asquerosas designaciones, y sin embargo se hicieron los chivos locos y las llevaron a cabo en forma deliberada. De por medio está claramente expresado el marcado interés espurio del mismo Presidente de llevar la República Dominicana a ser otro Puerto Rico con la perdida de nuestra soberanía y romper la lucha por la nacionalidad dominicana. Como parte de esa predisposición de nítido corte lacayuno y servil está además su ridículo empeño, el de Leonel Fernández-Pálido, en hablar en inglés y no en español en los cónclaves mundiales a los que tiene la oportunidad de asistir a nombre de su gobierno y del país. Y del mismo modo y con igual sentido hay que valorar el hecho de que Leonel Fernández ha procedido a nombrar a ciudadanos norteamericanos de ascendencia dominicana como funcionarios, como podría estar ocurriendo en la Secretaría de Medio Ambiente y la Procuraduría General de dicha área. Se conoce que Hans Hertell, el intruso agente yanqui de Puerto Rico, es quien negoció para su beneficio personal la traída del veneno ecológico llamado rocash. Y que esos nombramientos en la Secretaría de Medio Ambiente son para garantizarle la impunidad al procónsul Hans Hertell, que no es otra cosa, además de ser un gran comerciante inescrupuloso, que un préconsul imperial del gobierno Bush ante el país. La situación que ha creado lo del rocash es de una gravedad tal que pone en riesgo el equilibrio ecológico y la salud de los ciudadanos criollos del país entero, pero en particular de las regiones donde ha sido depositado, pero también acarrea altos riesgos para los visitantes turísticos que nutren ese importante renglón del actual modelo económico vigente sobre el país. El Secretario de Medio Ambiente, que no es otro que el petimetre y mequetrefe harto ridículo, el afrancesado Max Puig, pálido de las bandas corecato que tras aguajera de socialista, hoy es un renegado y mercenario a carta cabal al servicio de la recolonización del país y enemigo tanto de la dignidad nacional dominicana como de la soberanía de nuestro país que anda por ahí haciendo todo tipo de piruetas y engaños a base de defender mentiras al por mayor y al detalle como hace su Presidente Leonel Fernández, y falseando da a entender, a través de dos o tres payasos a su servicio, que va a devolver el rocash, en tanto difundía a la vez estar buscando dónde colocar ese peligroso desperdicio que es nocivo desde el punto de vista biológico y ecológico en tanto mata la flora, envenena los peces del mar y los ríos, lo mismo que a las aves pues además del polvillo que del rocash se desprende, contaminando el aire y dañando los pulmones y la respiración, al contener trazos de residuos tóxicos radioactivos, a largo plazo tiene secuelas catastróficas de incalculables alcances contra todos y en todo. Lo de Max Puig actuando en complicidad con Leonel Fernández para proteger al inescrupuloso Embajador yanqui de nacionalidad puertorriqueña sin importarle el daño a la gente ni al medio ambiente del país con el rocash, retrata con toda precisión la gravedad del hecho de que el país y los dominicanos tengan un gobierno y un Presidente cuya única preocupación y máximo interés, son ser un buen lacayo de los yanquis, con funcionarios inescrupulosos como Max Puig, abyectos y serviles. Este es un claro ejemplo de las tantas consecuencias nefastas que le acarrea al pueblo su falta de conciencia política clara respecto a los corrup y entreguistas partidos como los Pálido, Perrodé o Reformista. Si Leonel Fernández preside el gobierno del país por haber recibido la mayoría de los votos depositados o ejercidos, que hicieron en cambio el 37.5% del total del electorado dominicano, por lo que el gobierno Pálido sigue siendo el de una minoría, pero digamos que fue el resultado de la soberanía electoral del 16 de mayo del 2004, sin embargo al asumir el rumbo descrito de ser un lacayo servil y genuflexo a favor de los Estados Unidos y sus monopolios, ya antes de haber entregado al año 2005 ha quedado evidenciado como un gobierno bastardo y antinacional.
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