ANGELA PEÑA 7

Teoricuchas chapuceras del traidor Juan Bosch hechas a la medida de los planes del imperialismo aupaban las “élites” despreciando el papel de las masas como reales protagonistas de la historia

 

Aunque círculos mercenarios de las clases dominantes pregonan y cínicamente celebran que la historia depende de quién la escriba, esto es sólo con fines de estimular su falsificación -la de la historia- con sus relatos triviales de historietas baratas, que es para donde “jala” la estúpida penny a liner, esto es, miserable mercenaria de la prensa amarilla, la caga-tinta Angela Peña, socialcristiana por demás, para lograr un alegato o coartada a favor de los intereses de las fuerzas retardatarias de los opresores y explotadores que constituyen los estamentos parasitarios en contra de los sectores populares y trabajadores, que son la parte viva del real sustento de la sociedad y de su dinámica histórica, y así, al tiempo que suplantan las raíces y causas de los factores que son los verdaderos protagonistas de los hechos, como a éstos mismos, distorsionándolo todo, pero a favor siempre de lo retardatario y reaccionario y en perjuicio de las fuerzas socialistas marxista-leninistas, que son las únicas que pueden encauzar de manera verdaderamente revolucionaria hasta el fin el empuje ciego de las masas populares y trabajadoras que, cuando carecen de conciencia de clase, son presas desamparadas y fáciles de los agentes de sus explotadores y opresores tanto nacionales como internacionales, terminando dichas masas, cuando son objeto de tal situación, habiendo trabajado y pujado para colocarse más nudos en su propio cuello y asegurando más la soga despiadada que las ahorca, buscando que cada vez sea en forma más fulminante y eficaz.

Como se comprueba en la estafa histórica que protagonizó Juan Bosch a favor de la contrarrevolución norteamericana y nativa a raíz de abrirse la coyuntura del 1961-’62, el primer empeño de este vulgar agente, ya comprobado como tal, en su papel como director adjunto de la escuela anti-comunista de Costa Rica, junto al agente contratista internacional de la CIA, el sujeto de origen rumano Sacha Volman, consistió en obstruir y torpedear con vulgaridades obscenas que a la luz de las ciencias sociales -hablamos de ciencia y cultura, no de superchería ni de brujerías de aprendices del oficio- corresponde ser llamadas chapuzas, sinónimo de chapucerías con pretensiones sociológicas, los irrebatibles criterios, comprobados en la práctica hasta constituir las bases del materialismo histórico, de que las relaciones económicas de producción son las bases de la sociedad y las que engendran las clases sociales, las que se definen por la posición de relación de los conglomerados poblacionales de propietarios o desposeídos respecto a los medios de producción convertidos en capital en el sistema capitalista de explotación.

Que es la lucha de clases el motor real del movimiento que forma la dinámica de la sociedad y de la historia, es el otro objetivo a oscurecer en los afanes como agente de la CIA y el imperialismo norteamericano, que viene en sus actividades contrarrevolucionarias a desempeñar Juan Bosch en el 1961.

Como se puede apreciar, esos dos objetivos primarios de la estrategia imperialista para obstruir y sabotear la creación y desarrollo de la conciencia de clase de las masas explotadas dominicanas son, a la vez, puntales de la concepción revisionista con que los renegados oportunistas de nuevo pretenden suplantar la doctrina revolucionaria socialista marxista-leninista.

En sus estudios críticos sobre el oportunismo revisionista y el social-reformismo de éste, Lenin apunta con toda precisión lo de que el proletariado es revolucionario sólo cuando tiene conciencia socialista de su hegemonía y se empeña en llevarla a cabo como parte, dirección y alma de su lucha política y de clase contra la burguesía y sus representantes.

A lo que apeló Juan Bosch para lograr el inicio del envilecimento de la conciencia popular, cuyas posibilidades de crearse y desarrollarse surgían como uno de los factores a engendrarse por el nuevo período que recién se abría del 1961-’62, consistió en contaminar el ambiente con una abyecta y vulgar versión de las falaces teorías individualistas de las élites que hacen la historia que tienen sus raíces en Tomás Carlyle, que fue un historiador inglés del siglo XVIII y recogidas por el historiador Arnold Toynbee, que corresponde al siglo XX, nutriéndose éste a la vez de las ideas sociológicas del italiano Wilfredo Pareto, quien creara las bases de las teorías fascistas o nacional-populistas.

Lo de Bosch con su juego de hijos de machepa y tutumpotes, perseguía distraer la atención y la curiosidad de las masas respecto a la estructura y composición de clases de la sociedad dominicana, que ya era básicamente capitalista, y por lo tanto, dichas estructura y composición sólo podían explicarse en forma objetiva y real a la luz de que en la sociedad dominicana sólo había tres clases fundamentales, con varios estamentos intermedios en vías de descomposición permanente; así, estaban la clase de los terratenientes, la de la burguesía y la clase desposeída de los obreros o proletariado, frente a lo que, ocupando una zona social intermedia estaban las capas pequeño-burguesas urbana y de la pequeña burguesía rural o capas campesinas, la “clase” de los campesinos.

Lo de tutumpote e hijo de machepa obedecía al interés del imperialismo y sus agentes de empezar por la distorsión y embrollo chapucero del asunto, sobre la base de batir y batir esa chapuza que era lo mismo que batir mucha mierda; Bosch, con el concurso de la CIA y el Departamento de Estado yanqui, creó un embrollo de confusión que no conducía a solución de raíz alguna, basado en mezquindades y trivialidades que daba pie, por la confusión de conciencia, a colocar las envidias personales y el individualismo como la ley absoluta y norma del comportamiento social, o sea, creaba las bases teóricas para la justificación de la anarquía socio-política, que es a lo más que alcanzó Juan Bosch, además de agente comprobado de la CIA y del imperialismo.

En un país como la República Dominicana de entonces, mal que aún perdura en medidas descomunales basado en negocios artesanales e individuales, tanto en la ciudad como en el campo, la estratagema de confusión respecto a las clases y a la lucha de clases, con tal de que no se creara conciencia respecto a ésta, eran altamente arriesgadas para las clases dominantes.

Pero a la vez Bosch en política cocinaba y servía el menú de “borrón y cuenta nueva”, que tenía por objetivo granjear para su causa a los trujillistas y potentados de la dictadura que, a base del crimen y el robo al país y a la sociedad, se habían hecho de cuantiosas fortunas y otros medios de vida; por sobre todo con una legión de hijos, familiares y allegados, colocados como pilares de las FF.AA., la P.N., la Justicia (Poder Judicial) y la administración pública o burocracia.

Las teorías de las élites y de las individualidades, que tienen en Tomás Carlyle uno de sus primeros exponentes más sobresalientes de la modernidad, empiezan con lo del héroe personal como el protagonista de la historia, la que por su primitivismo ante un régimen cada vez más social, como implica el desarrollo del capitalismo, donde de la producción mercantil simple y de la manufactura se pasa a la producción y circulación social, resulta rápidamente desplazada por la de que las élites merecen ser diferenciadas, y llegar a reconocer que Wilfredo Pareto es el creador de la teoría de la sociología de la historia del fascismo que, siendo nacional-populismo, éste asume la forma del socialismo pequeño-burgués, y deviene en la aberrada expresión de nacional-socialismo, que es con la que más se le conoce. El gran atractivo que para la pequeña burguesía y la burguesía social reformista de los países subyugados, como la República Dominicana, posee la teoría de las élites de Wilfredo Pareto, es que, a diferencia de los grandes teóricos de las élites como Carlyle, Nietzche, Spengler, el social-cristiano y fascista Max Scheler, Omar Span, etc., es que contiene el señuelo de que formula su teoría de las élites concibiendo y presentando éstas como abiertas con libre acceso a su seno de los elementos más aptos (tomando la figura y todo del darwinismo) pertenecientes a los sectores inferiores de la población, pero teniendo bien claro de que sirvan fielmente los intereses de la burguesía monopolista, en tanto los otros, incluyendo a Toynbee, Span, Scheler, Nietzche, Carlyle, entendían sus élites como cerradas, aristocráticas y nobles.

Esta bastarda concepción reaccionaria es de por sí muy afín al neoliberalismo y a los grupos de presión que han estructurado en el país la Iglesia Católica y el imperio-capitalismo; particularmente el imperialismo norteamericano y sus agencias como la AID y Embajada; claro que hablamos de Diálogo Nacional, Participación Ciudadana y Finjus, amen de las ONG’s, los cuales de hecho son sustentadores de lo mismo a nombre de la modernización y su institucionalidad. ¡Vaya usted a ver de qué se trata; ejemplo de lo cual bien encaja con el carácter vitalicio y usurpador de la Suprema Corte de Justicia y sus actuales jueces eternos con Jorge Subero Isa a la cabeza!

La maniobra de la chapuza sociológica de hijos de machepa y tutumpotes, tan típica de las evacuaciones de un maestro de escuela rural, real profesor de la CIA para agentes y espías al servicio del imperialismo norteamericano en San José de Costa Rica, condujo a la pragmática consigna de “borrón y cuenta nueva”, todo lo que acogieron e hicieron suyo los renegados revisionistas de viejo cuño, como la banda de los Doucoudray, y los que nacieron con el biberón del oportunismo puesto en sus bocas, como la banda del partido capitulacionista dominicano (p“c”d) del Gordo Cuello y Narciso Isa Conde, binomio de renegados de nuevo cuño, que de tumbo en tumbo, habiendo abjurado de antemano de la brújula del marxismo-leninismo para aferrarse a las supercherías rastreras del revisionismo jruschovista, han descrito una turbulenta trayectoria en la que, aferrados a la traición como ideología, adherida a lo de “borrón y cuenta nueva”, han terminado como defensores del neo-trujillismo, y el renegado y archi-traidor Narciso Isa Conde lo que tiene como consigna es que son seguidores de los ideales de Francisco Alberto Caamaño Deñó y de su inmenso aventurero y sicópata Che Guevara.

Es completamente lógico que este absurdo desenlace apunte como el tragicómico final de quienes, como oportunistas, jamás hicieron suyo el marxismo-leninismo, sino la herejía de éste que es el revisionismo, como en torno a la lucha democrática, la que suplantaron y redujeron a la lucha por la Constitución del ’63 con Bosch a la cabeza, la que dejaron a un lado para sustituirla por su igual, que es la instauración del gobierno provisional dispuesto por el imperialismo interventor, encabezado dicho gobierno por el lacayo yanqui Héctor García Godoy, para cambiarla por el contenido trujillista del “borrón y cuenta nueva” con lo del gobierno de los comandos con Caamaño a la cabeza, que habiéndose ido a pique, pues quien se llamaba a estar a la cabeza de ese imaginario movimiento era acéfalo de nacimiento, fue vuelta a sus orígenes social-fascistas, tipo versión que del fascismo había cocinado el revisionismo soviético de Jruschov y Brezhnev y se convirtieron finalmente en abanderados de la tesis franquista-falangista-trujillista de la dictadura con respaldo popular que adecuaron, como buenos discípulos jesuitas, a presentarla, para estafar y embaucar, como dictadura popular, lo que les valió el asqueroseamiento del archi-traidor Bosch, quien prefirió el revisionismo inicial, pues no cabe llamarle original, lo que sólo le tocaría, si acaso, por su falta de originalidad, de los del ex-PSP, banda Doucoudray y comparsa, a los que declaró directivos del Pálido, quienes sin pudor, honra ni honor, se fueron al sepulcro proponiendo que la ideología de ese amasijo de degenerados que es el Pálido fuera el boschismo; pero que hoy son los residuos esparcidos de esos miserables oportunistas revisionistas de nacimiento del desaparecido partido capitulacionista dominicano (p“c”d), entre los que se destacan los ladrones y crápulas del fui de Narciso Isa Conde, entre ellos el gángster Secundino Palacios y los hermafroditas Santos Vilorio y Juan Gómez, como recalcitrantes boschistas.

-CONTINUAREMOS-

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