ANGELA PEÑA 9

Los engendros nacidos renegados sin identificación con la doctrina marxista leninista Narciso Isa Conde y El Gordo Cuello abrazaron desde sus inicios la plataforma traidora del jruschovismo

 

Escolástica y metafísica con la apologética cristiana por ojos, boca, nariz y por su trasero, constituyen las bases angulares iniciales y principales del renegado oportunista Narciso Isa Conde, a lo que habría que agregar que le cayó como anillo al dedo o justamente como un traje a la medida de esta repugnante criatura del anti-marxismo-leninismo y de la contrarrevolución, que es dicho renegado revisionista, la plataforma de los oportunistas revisionistas de los de la pandilla del partido social oportunista (PSP) en el que acaba de curtirse como oportunista anti-comunista que no puede curarse jamás, sino, por el contrario, ahondar cada vez más en el pantano y encontrarlo hoy día haciendo embarres tragicómicos que sólo permiten que la gente se percate y compruebe que el renegado revisionista Narciso Isa Conde nunca ha tenido ninguna identificación con la doctrina ni con la práctica del marxismo-leninismo y de la revolución socialista, así como con la revolución democrático-nacional y anti-imperialista.

Si los revisionistas jruschovistas de los Doucoudray eran seguidores a ultranza de Jruschov, de Tito y Browder, hay que puntualizar que además del papel de éstos al lado del imperialismo norteamericano, dentro de ese grupo estaba José Israel Cuello Hernández (El Gordo), primo hermano del renegado revisionista Narciso Isa Conde. Y este elemento hay que tomarlo muy en cuenta y saber ponderarlo en su justa magnitud puesto que si bien el Gordo José Israel Cuello era por formación un muchacho de la Iglesia Católica al igual que su hermano, Tony Cuello, que es cura y del Opus Dei desde fines de la década del ’50, el Gordo Cuello había trabajado con la CIA a raíz de salir del país tras haber estado preso por actividades anti-trujillistas, junto con el equipo de Radio Swan, que para los que no lo sepan, fue una emisora creada por los EE.UU. que operaba desde el Océano Pacífico en una isla que lleva ese nombre Swan, con emisiones tipo las de Radio Martí con que los EE.UU. bombardean noticiosamente Cuba y fomentan el espionaje, así como la llamada disidencia contrarrevolucionaria en contra de Fidel Castro.

A la cabeza del equipo estaba Juan Isidro Jiménez Grullón, que confesara dicha labor en una de las partes de su “Sociología Política Dominicana”. Y su equipo de trabajo lo integraban Fidelio Despradel Roque, el mismo carajo que se cimbrea por ahí dándoselas de revolucionario, en realidad actuando como un vil mercenario, ideólogo y activista del neotrujillismo y las aventuras políticas para servir a la reacción; Tirso Mejía Ricart, que tiene una trayectoria política dentro del perrodé que causa náuseas con sólo recordarla o verlo a él en persona; y por último el Gordo José Israel Cuello.

Si le preguntan a cualesquiera de los tres éstos, y a Juan Isidro Jiménez Grullón no habría ni podría preguntársele pues hace tiempo murió y dejó escrito su testimonio al respecto en forma de autocrítica, acomodaticia y todo, pero autocrítica al fin y al cabo, ninguno querrá hablar ni referirse al respecto, como siempre han eludido hacerlo; parece ser que todo obedece a un pacto de fidelidad a su actividad perruna de informantes, espías y agentes de la CIA.

Es notorio que al partido social oportunista (PSP) también concurrió, desde medios muy turbios en EE.UU., el llamado Franklin Franco Pichardo, que llegó al país con las huellas en su físico del traqueteo y plenamente adherido al revisionismo jrushovista, pero con énfasis en el browderismo, esto es, la línea y la plataforma de Browder, ex-secretario general del partido revisionista de los EE.UU., cargo del que fuera expulsado a raíz de la Segunda Guerra Mundial por renegado y comprobados vínculos con el espionaje de la CIA, del FBI de Edgar Hoover y otros organismos semejantes de los EE.UU.

Hoy, Franklin Franco Pichardo es el principal teórico del grupejo dizque socialdemócrata que encabeza Anacaona Decamps que sólo por nacer varón se le llamó Hatuey, que es nombre masculino y de macho. Desde allí Franklin Franco Pichardo persiste en difundir todas y cada una de sus basuras revisionistas browderianas, no haciendo falta prestarle mucha atención ni dedicarle mucho tiempo, ya que ese grupejo de Anacaona Decamps, todo el mundo sabe que, por vía de su mismo cabecilla, es confidente de la Embajada de los EE.UU., que es el marido de la norteamericana Dominique Bloudhorn, hija única del viejo contratista de la CIA que fuera Charles Bloudhorn, heredera de una cuantiosa fortuna y consultora en el espionaje político en el país de la Embajada norteamericana, como ella misma se ufana en que todo su entorno esté perfectamente enterado al respecto: “Si me llaman, díganles que estoy en la Embajada, que ellos saben”.

De ahí es que surgen los rasgos y características de renegado oportunista-revisionista, ensalada rusa surtida de todo que exhibe Narciso Isa Conde, los cuales quedan patentemente revelados en cada uno y todos los hechos y asuntos que hemos abordado, pero faltando poner en claro entre otros aspectos, dos de sumo interés; uno es que, necesariamente el oportunismo revisionista de Narciso Isa Conde tiene, por sus rasgos personales, mucho de anarquismo, con tintes de hippie, de gamberro a lo español e italiano, lleno de confusionismo, de elementos contradictorios íntimamente entrelazados por el puente del denominador común de la ideología general del decadentismo pequeño-burgués; pero por el lado social de clase e ideología familiar, el revisionismo oportunista del renegado Narciso Isa Conde no deja de reflejar el impacto trágico del que pertenece a una clase en permanente descomposición, en cuyos elementos sólo queda como tabla de salvación de la que poder agarrarse en medio de un naufragio total, el arribismo, tabla que tiene del otro lado la inscripción: “ser trepador social a como dé lugar”.

Si bien su hermano Tony Isa Conde hoy es un flamante empresario neoliberal, socio del otro llamado José Antonio Najri, bueno es saber que aunque el mismo renegado hermano del revisionista renegado Narciso Isa Conde, Tony Isa Conde, culminó su acumulación originaria de su fortuna personal con el saqueo y despojo al país y al pueblo de las empresas estatales que irónicamente el lacayo genuflexo Leonel Antonio Fernández Reyna llamó capitalización, proceso del que Tony Isa Conde fue su director desde la condición de presidente, a propuesta de Peña Gómez, Hatuey Decamps y Milagros Ortiz Bosch, esto es, del actual perrodé pepegato y del mismo Partido Revolucionario Social Demócrata (PRSD) de Anacaona, su ascenso social se debió a que logró echarle mano a la fortuna de Nadal, que fue uno de los pocos banqueros privados durante la dictadura y protagonista de tantas leyendas que compiten con las de aberraciones que se le atribuyen a lo Oscar Wilde, Vargas Vila o Henry Miller, mediante lograr hacer el negocio de casarse con una de las dos mellizas del señor Nadal, casándose la otra, precisamente, con José Antonio Najri, cuyo padre era comerciante de ropa y una mediana industria textil.

Esto de por sí sirve para explicar la idiosincrasia personal-familiar del renegado revisionista oportunista Narciso Isa Conde, que no pocas veces, además de desfilar con los homosexuales y consumidores habituales de drogas, se identifica y se realiza con ellos, y expresa cada vez con más énfasis teorías totalmente vinculadas a lo más rancio de las aberraciones anarquistas, como aquélla de reclamar la disolución de las FF.AA. dominicanas, la de la revolución inminente; la de que las diferencias entre la nación haitiana, de un lado, y la dominicana del otro lado, es un convencionalismo puro y simple; que el pueblo dominicano es el mismo pueblo haitiano; que son todas teorías idealistas metafísicas amparadas en la sofistería jesuita y barata, además del rechazo absoluto, sostenido siempre por el renegado Narciso Isa Conde, de las posiciones de principio del marxismo-leninismo respecto al asunto de las naciones y las nacionalidades, como también ha sucedido con la democracia, respecto a la cual ha expresado las teorías más absurdamente oportunistas de derecha, al igual que metafísicas y escolásticas en el asunto nacional, dejándose arrastrar -una vez comprobada su crasa ignorancia del marxismo-leninismo, el cual nunca se ha preocupado en estudiar y conocer a través de las fuentes originales con los textos de los clásicos Marx, Engels, Lenin, Stalin y Mao Tse Tung- principalmente por el guiso tóxico cocinado por la pandilla contrarrevolucionaria y de agentes de los EE.UU. de Jruschov del anti-stalinismo. Y sucede que ni la cuestión de la democracia ni la de la nación y nacionalidades pueden ser abordadas y resueltas desde el punto de vista del socialismo, renegando de José Visarianovich Stalin, que sigue siendo el clásico del marxismo-leninismo más profundamente conocedor y quien más domina estos vitales asuntos.

Así, el anti-stalinismo de Narciso Isa Conde hay que contabilizárselo para verlo hoy tratando de trepar no ya diciéndose comunista, sino seguidor de los ideales de Francisco Alberto Caamaño, quien no tenía siquiera idea de cómo dirigir a Chichita, su esposa y a la aventurera Vicenta Vélez Catrain, su amante, mucho menos podría tener ideas de cómo dirigir algo tan profundo y complejo como un proceso revolucionario; y su otra fuente o paradigma, el Che Guevara, carente de toda formación política y teórica coherente, las que rechazaba como diletante pequeño burgués que oscilaba, de ser hippie anarquista a provocador trotskista.

Ahora, el renegado Narciso Isa Conde, como revisionista y oportunista, pretende abordar el asunto de la religión, la Iglesia Católica, el cristianismo y demás cuestiones de esta naturaleza, no partiendo de lo que al respecto establece el marxismo-leninismo luego de sintetizar las experiencias históricas universales conjugadas con los avances de las ciencias naturales y socio-políticas en relación a las prácticas y creencias mágico-religiosas, y se atreve a proclamar que ni entre religión y revolución hay contradicción como tampoco la hay entre revolución y cristianismo católico o protestante.

Llegado a este punto, no cabe más que hacerse unas cuantas breves preguntas para continuar en una próxima ocasión: ¿No es claro que Narciso Isa Conde es un ignorante cabal y completo, de pies a cabeza, hasta de las verdades más elementales del socialismo científico como doctrina, práctica y guía de los comunistas y de los pueblos en la brega por su liberación nacional y su emancipación social?

¿No es la conducta que encarna Narciso Isa Conde la fotografía más exacta de lo que es ser, además de renegado revisionista y oportunista anti-marxista un petulante, un arrogante, un engreído y un verdadero patán?

-CONTINUAREMOS-

 

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