JUICIO EN SAN PEDRO DE MACORIS

¡POR LA DOMINICANIDAD!

Defendamos los derechos de los patriotas dominicanos

¡Fuera los haitianos!

¡Fuera el cura Hartley y el obispo haitiano Osoriá!

 

Para el 25 de noviembre, o sea, el 25 del mes en curso, que es el viernes próximo, se efectuará en la Cámara Penal de San Pedro de Macorís, en el Palacio de Justicia de allí, el juicio que llevan a cabo el obispo Ozoriá y el intruso agente de la destrucción del Estado dominicano, Cristopher Hartley Sartorio, contra los dominicanos que ocuparon, justa y legalmente, conforme al derecho de la nación dominicana de garantizarle habitaciones a sus ciudadanos, las edificaciones que se construyeran en territorio dominicano y que el intruso y provocador cura católico del Opus Dei, Christopher  Hartley Sartorio, considera, junto con el obispo haitiano Ozoriá, que dichas viviendas deben ser entregadas a los haitianos y no a los dominicanos, por lo que demandaron que los dominicanos fueran desalojados por la fuerza pública de dichos condominios.

El Partido Comunista de la República Dominicana (PACOREDO) considera que no existe ningún acápite en la jurisprudencia dominicana, en la Constitución dominicana, en el Código Penal ni en el derecho de propiedad existente en este país, que obligue a enajenar a la República Dominicana parte de su territorio para ser entregado a ciudadanos extranjeros que hayan venido a trabajar por un contrato a este país, o que, en la mayoría de los casos lo hayan hecho en forma ilegal, entrando furtivamente por nuestra frontera y conforme al plan de penetración e invasión pacífica de los haitianos sobre la República Dominicana.

Hartley Sartorio, igual que el obispo Ozoriá y la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, siguen con esto la tradición de los Papas y de esa institución de apropiarse lo que no es de ellos y repartirlo, venderlo o negociarlo, como han hecho, conforme a la historia, con lo que fuera el Imperio Romano, que mediante la falsificación de un acta testamentaria, sacaron a relucir en el momento que lo creyeron oportuno, que el emperador romano Constantino I les había donado todos los territorios del antiguo Imperio Romano y desde entonces se dedicaron los Papas a repartir coronas, y a repartir ducados, así como a quitar y poner reyes y monarcas.

Más adelante, a raíz de la llegada a este Continente de Colón, el Papa Alejandro VI, el Papa Borgia, se asignó el derecho y la potestad de repartir las tierras que solamente eran propiedad de los indígenas; más aún, decretó la cristianización y la evangelización de América y con ello el exterminio despiadado y sin contemplaciones de la raza indígena de todo el Continente de América del Norte, del Sur y de Centroamérica y el Caribe.

De igual manera hoy, la Iglesia Católica, amparada en un mamotreto configurado por el Papa de Hitler, Pío XII, y el sanguinario dictador Trujillo, llamado Concordato; que más adelante fue reforzado, para quitarle toda la naturaleza acorde con la defensa de la soberanía nacional que se le atribuyen a las FF.AA., con la firma del Vicariato Castrense; y para definitivamente colocar en manos de la Iglesia Católica y del Opus Dei todo el sistema educativo nacional, se acordó y se firmó el contrato llamado Patronato Nacional San Rafael, que hoy todavía sigue vigente.

Es conforme a esa mala costumbre, a esa maña de perro huevero de la Iglesia Católica, que hoy, un depravado sacerdote, degenerado, sin identidad nacional, que se llama Hartley Sartorio, secundado por un obispo de dudosa procedencia, por no decir que es un haitiano, creado directamente por el cardenal Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez, hipócrita y anti-nacional, entregado en cuerpo y alma al imperio internacional del Vaticano, se empeñan en despojar a los dominicanos de sus derechos en su propio territorio y traspasárselos a los haitianos.

Los haitianos tienen derecho a una vivienda, igual que todo el mundo, pero debe ser en Haití, no en República Dominicana.

Es que hay que establecer una cosa bien clara y definitivamente, el jus solis tiene que ser aplicado de manera muy especial en República Dominicana, puesto que el jus solis constituye para la República Dominicana una espada de Damocles, si no una guillotina sin seguro que pesa sobre el pescuezo de la nación dominicana.

Los dominicanos han desplegado, desde antes del año 1844, luchas históricas para conquistar su nación, para definir su país, y no es verdad que los dominicanos vamos a aceptar que curas ensotanados, que no responden ni siquiera a una bandera nacional, que están entregados por entero a una superstición internacional, que solamente ha servido para subyugar a los pueblos, no es verdad que los dominicanos vamos a deponer nuestros derechos, que nos los otorgan la autodeterminación y la soberanía de este país.

El Art. 3 de la Constitución consagra la soberanía estatal; y la soberanía estatal significa que el Estado dominicano es soberano para decidir a favor de los dominicanos. Esta es la pura realidad.

Los dominicanos que se sientan identificados con los patriotas de Los Llanos deben hacer un esfuerzo y concurrir al Palacio de Justicia el viernes, y decir presente, y secundar a los patriotas dominicanos, que siendo pobres y necesitados, sin un techo, ocuparon, amparados en el derecho patrio, las viviendas que fueron construidas en terrenos del CEA.

No es verdad que los directivos del CEA tienen potestad para regalarles a extranjeros los territorios nacionales, solamente eso puede ser acordado por un acto de la Asamblea Nacional reunida en la condición de Asamblea Revisora, por tanto, el caso de las habitaciones ocupadas por los dominicanos en Los Llanos amerita ser conocido a la luz del derecho de la propiedad territorial en República Dominicana, que solamente es potestad del Superior Tribunal de Tierras de este país.

Ningún tribunal de este país puede conocer ni decidir que se le entreguen tierras de dominicanos a extranjeros por la simple voluntad del obispo Ozoriá ni del intruso provocador Christopher Hartley Sartorio.

Por tanto, dominicanos, a respaldar con toda la fuerza a los dominicanos patriotas de Los Llanos que justamente reclaman que se les reconozca el derecho a poseer un techo. Y justamente han ocupado las viviendas que han sido construidas en territorio del Estado dominicano y que ningún obispo ni ningún cura, quien sabe qué pata lo puso, venga a tomar esas tierras para entregárselas a los haitianos.

 

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