DESAFORADAS Y PROVOCADORAS DECLARACIONES DE HARRY JOSEPH CONSUL DE HAITI EN BARAHONA

¿Es que no hay autoridades responsables en este país que le pongan coto a tanta prepotencia anti-dominicana?

 

No hay dudas que lo de los haitianos en el país, o más bien contra la República Dominicana y los dominicanos, es una nueva fase de sus afanes de engullirse la República Dominicana e imponerle a este país su aberrada idiosincrasia, colindante con la de las manadas primitivas; esto se ve, con sólo dar una lectura a vuelo de pájaro, antes de proceder a disecar, a las palabras pronunciadas por Harry Joseph, el nuevo incumbente consular en Barahona por el haitiano gobierno de facto y títere del imperialismo norteamericano y de sus sabuesos y cachorros de lacayos completos y de media talla o encubiertos, como no dejan de ser Lula del Brasil y su partido apéndice del catolicismo y el cristianismo, exponente de la falaz teología de la liberación, y el socialdemócrata Lagos de Chile, estando por verse qué resultaría el nacionalista y anti-imperialista popular Hugo Chávez Frías, que supuestamente por un histórico compromiso de deuda de su país con Haití, se hace presente en Haití como parte de las fuerzas interventoras allí, junto con las tropas imperio-capitalistas, incluidas las norteamericanas, y sin despejar las dudas y suspicacias que ello genera justamente entre los dominicanos que no pocos llegamos a preguntarnos si lo de Venezuela y su presidente Hugo Chávez no responde a un respaldo por su parte, ya que hay tantos factores convergentes, de la perversa teoría de Fidel Castro, como cachorro del fallido social-imperialismo ruso que, para complacer a sus fracasados amos del Kremlin, cocinó junto con los renegados revisionistas de otras latitudes lo de la identidad cultural-nacional entre República Dominicana y Haití, lo cual es tan insólito como pretender ligar agua con aceite.

Lo de que dará acta de nacimiento a los haitianos viejos, tanto a los que han residido por más de 10 años ilegalmente en nuestro territorio, como a los hijos y vástagos procreados para ser paridos aquí, con lo que de hecho ha proclamado que le daría, por encima de la Constitución dominicana, la nacionalidad dominicana a cuantos haitianos a él le pudiera venir en ganas, fruto tanto de sus bajos instintos como de sus bestiales inclinaciones expansionistas sobre la República Dominicana.

Leo Reyes, que es un vil e infame cagatinta venal, que a veces tiene destellos que pueden hacer pensar que se trata de un miserable mercenario intelectual de la pluma, que como tal escribe para vivir y para quien mejor le paga y le crea los medios para sufragar los gastos de sus vicios y de las secuelas imborrables que éstos han dejado sobre su endeble figura, y que es reconocido hasta por falsificar los hechos y su historia, con tal de acreditar como dominicano al lumpen haitiano José Francisco Peña Gómez, de quien llegó hasta afirmar que su real apellido era Zarzuela, de neta procedencia y estirpe española de a verdad, es quien calza la infame información del día 19 de noviembre en la letrina “El Nacional” del Opus Dei y del español especulador Pepín Corripio, donde Harry Joseph, el nuevo cónsul haitiano en Barahona, anuncia, -citamos- “que dará actas de nacimiento por su propia cuenta a los haitianos de los 29 bateyes de Barahona y zonas aledañas”.

Pero por sobre todo esto, con esmerado descaro y dando testimonio de que como paria del mundo, el nuevo cónsul haitiano Harry Joseph ha perdido hasta el sentido de la diferenciación y la necesidad imperiosa de poner siempre cada cosa en su justo lugar, en todas las esferas de las actividades humanas -lo que antropológica y científicamente cabría llamar la justa discriminación diferenciadora que exige la ciencia y la objetividad-, además este mismo oficial del ejército de la expansión haitiana, revestido de la condición de inmunidad diplomática, lo cual no excluye que tenga que rendir cuentas ante el juicio de la razón y ante la crítica por sus preciosas confesiones expansionistas y de organizador de la ampliación, profundización y consolidación de la expansión haitiana bajo el nombre de migración, lo que obliga a diferenciar, siempre a diferenciar y discriminar, lo que es una cosa y la otra, o sea, lo que es migración y lo que en realidad es expansionismo, aún bajo la reivindicación de la miseria y la condición del andrajoso primitivismo.

Y es el mismo Harry Joseph quien, de acuerdo con la información que sirve la letrina amarilla “El Nacional”, que firma -reiteramos- Leo Reyes, dice de República Dominicana que ésta “es la casa de todos los haitianos y también de todos los dominicanos. Aquí caben por igual todos, unos y otros”.

Y para resaltar su propia pusilanimidad y envilecimiento, más allá del punto donde lo espúreo se hace irreversible y la deshonra sustituye el plasma de la sangre, Leo Reyes resalta que Harry Joseph recogió en su exposición: “Digamos juntos dios, patria y libertad en unidad, fraternidad e igualdad” y a la vez ese infame rufián de Leo Reyes le otorga la calidad de sagrada a esas apócrifas palabras de dios, patria y libertad, que se las inventara la Iglesia Católica una vez que no pudiera impedir la victoria en la lucha por la fundación de la República Dominicana, a lo que agregó imponer de contrabando que la nación dominicana tuviera que soportar ese símbolo de oprobio que es la cruz en el emblema nacional.

Es concluyente y categórico que los haitianos, igual que siempre, salvo instantes fugaces excepcionales, siguen siendo un amasijo de gente que está presta para lanzarse como buitres y aves de rapiña sobre la República Dominicana, que ahora, como se puede apreciar, su cónsul, o más bien el alto representante consular haitiano con asiento en Barahona, Harry Joseph, cuya finalidad es la profundización, ampliación y consolidación del expansionismo haitiano dentro de la República Dominicana, acaba de declarar el viernes 18 de noviembre del 2005 en Barahona, a la República Dominicana como otra Isla de La Tortuga, o sea, tierra de nadie y habitat natural de contrabandistas, aventureros, tránsfugas, piratas, filibusteros y bucaneros, donde ellos y sus hordas haitianas, con la bendición de la Iglesia Católica y el interés común de las fuerzas imperio-capitalistas de la recolonización, están dispuestos a ocupar, agradeciéndoles de antemano la cobardía y la falta de dignidad por no defender hoy con valentía y arrojo, lo que mañana los dominicanos tendremos que llorar con lágrimas de sangre y vergüenza!!

 

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