Monopolio Shell arrodilla gobiernucho de Leonel Fenández y “Dañino” Medina

Debilidades del Estado Dominicano se hacen patentes con el caso Petrocaribe

 

Con palabras que apenas se podían oír pues era más bien un murmullo, el llamado Dañino Medina por fin se atrevió a decir que en realidad el acuerdo Petrocaribe no se ha materializado ni está resultando positivo debido a que la transnacional monopolista Shell Company, perteneciente a Inglaterra, está torpedeando y saboteando todos los pasos para que se lleve a cabo dicho acuerdo Petrocaribe, establecido entre el gobierno de Hugo Chávez de Venezuela y la República Dominicana, en este caso representada por el anti-nacional gobierno dominicano de Leonel Fernández y sus pelegatos, como un acuerdo de Estado a Estado, que excluye todo beneficio a los sectores privados en que descansa el neoliberalismo y su globalización.

Las debilidades del Estado dominicano son patentes, y no sólo ante el caso particular de Petrocaribe, que sería la culminación o lo máximo de las osadías y arrogancia imperialista del consorcio Shell Company, puesto que hasta los impuestos que debe pagar la Shell al Estado, así como el monto, la fecha y la forma lo establece a su entero capricho dicho consorcio colonial inglés Shell Company.

Esto mismo que se produce, como ineficacia y no control del Estado dominicano sobre la Shell es un drama de humillación y ultraje que se repite con cada una y todas las empresas monopolistas extranjeras que en República Dominicana operan. Y lo mismo ha ocurrido hasta ahora con las empresas, industrias, de importación y exportación, hoteleras, de Zona Franca, bancarias y financieras, etc. Más aún, ese cuadro de impotencia y carencia absoluta de autoridad empieza ante la Iglesia Católica, S. A., y sus sacerdotes, particularmente los de más altas jerarquías y sus curas, que al usurpar y violentar el carácter libre y soberano del Estado dominicano proclamado o establecido en el Art. 3 de la Constitución, violación y usurpación que surgen a consecuencia y como resultado del Concordato, el Vicariato Castrense y el Patronato Nacional San Rafael, con los que, de hecho, se convierte al Estado dominicano, contrariamente a lo estipulado en la Constitución, de un Estado libre y soberano, en un Estado vasallo de la Iglesia Católica y del Estado artificial Vaticano, C. x A., además de que de Estado civil y democrático pasa y se degenera y aberra, siendo convertido ilegítimamente en Estado teocrático, lo cual es contrario a la libertad de creencias, a las libertades ideológicas y políticas, como de pensamiento y culto, que se establece e instituye en la Constitución de la República Dominicana.

Es ante este hecho concreto de cómo el Estado dominicano es invalidado e impedido de hasta actuar en favor de la nación y su desarrollo, puesto que el monopolio Shell y los dogmas del neoliberalismo y su absolutización de la privatización de todas las actividades del país bajo la divisa de que lo que no está privatizado no sirve, que la comida que no está privatizada envenena, que el agua que no es privatizada no apaga la sed, que el aire para que se pueda respirar debe ser privatizado, y así sucesivamente, que se pone de relieve y para todo y cada uno de los dominicanos que, en realidad, el socavamiento del papel insustituible -ya que sólo el Estado nacional está en capacidad de desempeñar- del Estado dominicano, efectuada por los neoliberales bajo la batuta de los consorcios imperio-capitalistas norteamericanos, europeos y canadienses junto con la función ultra-nociva de la Iglesia Católica y las sectas cristianas protestantes, está dirigido en forma inevitable a la destrucción misma de la nación dominicana, que el Estado dominicano representa y encarna. Si la nación dominicana es disuelta, lo cual sería el resultado de que ésta, a través de su Estado, no ha sido capaz de defender su derecho a la existencia con medidas y actuaciones enérgicas y contundentes, precisas y objetivas, que despejen toda duda y vacilación, tal y como se viene demostrando con blandenguería y el afeminamiento depravado ante el caso del sabotaje y torpedeamiento, por parte del consorcio privado Shell Company, perteneciente a Inglaterra, país al que responde el cura anti-dominicano Christopher Hartley, que hace desastres y comete todo tipo de atropellos y abusos contra los dominicanos en San José de Los Llanos, municipio de San Pedro de Macorís.

Pero además estos hechos y las situaciones que se crean con los mismos, en los que y donde se pone ante todo y por sobre todo de realce ese debilitamiento cada vez más creciente, más nocivo, más peligroso y más lesivo para el país y la sociedad del Estado dominicano que sólo sabe ceder, ceder, recular y seguir reculando, reduciéndose así el radio de su función y desapareciendo su autoridad de institución garante de la nación, de su unidad e integración económica dentro de la diversidad internacional, de su comunidad idiomática, así como de la expresión espiritual común, que es el alma nacional, constituida por el acervo cultural positivo de la idiosincrasia de ser dominicano, y todo esto ante el empuje y la presión provenientes del embate opuesto que representa el neoliberalismo y el yugo que impone el imperio-capitalismo o el vasallaje que viene del centro del oscurantismo y parasitismo que es la Iglesia Católica, S. A.-Vaticano y las sectas cristianas, es esta deplorable y trágica situación a que se ha terminado por arribar, que sirve para evidenciar y desenmascarar la naturaleza rastrera, infamante, oportunista y prostituida de los revisionistas del partido contra el trabajo del degenerado afeminado, gay encubierto, Rafael Chaljub Mejía, del lumpen beodo y depravado Manuel Salazar, como de la tuberculosa estúpida, mendiga política con alma de rastrera y mercenaria, Virtudes Alvarez y el llamado Miuca, con cuya propaganda han erigido en su piedra angular y su columna vertebral la absurda teoría de salvajes aldeanos de que es una tarea de primer orden fortalecer la municipalidad y enaltecer los ayuntamientos, en merma y detrimento del Estado dominicano y su inevitable centralización de la representación de la República Dominicana.

Sólo grupos oportunistas no tienen ningún respeto ni guardan ninguna adhesión por el interés de que las masas populares forjen su propio camino independiente con una plataforma política de alcances nacionales y estatales, que es lo que postula y reclama el marxismo-leninismo y las necesidades del movimiento popular y revolucionario, en contraposición y lucha intransigente contra los corrup-partidos del sistema explotador, opresor y entreguista ante los monopolios extranjeros.

Esas posiciones, a todas luces mezquinas e infelices, de pretender, por parte de los oportunistas revisionistas peceteros y del Miuca, empeñarse en el fortalecimiento de la municipalidad y los ayuntamientos, son nocivamente social-reformistas que conducen a los revolucionarios pertenecientes a todas las corrientes a ser esclavos eternos de la política de la burguesía y sus corruptos partidos anti-nacionales y anti-populares.

Queremos subrayar que esa tesis absurda y rastrera que retrotrae el movimiento a una época primaria fue apadrinada por la prostituta política mujer del aventurero policial Piñeyro, alias el comandante cubano Barbarota, Martha Henecker y demuestra todas sus podridas entrañas sin el menor pudor.

Volver a la Página Principal