Finjus reafirma ser instrumento pagado al servicio de los planes del imperio-capitalismo así como círculo de presión de la Iglesia Católica y su Opus Dei

 

La formal aceptación por parte el pernicioso y comprobado círculo de presión llamado Finjus, que formalmente es una ONG del banquero opus dei Alejandro Grullón (Banco Popular) al servicio directo de los consorcios monopolistas norteamericanos y sus gobiernos imperialistas norteamericanos, a través de las estrategias y programas de instituciones de injerencia y recolonización sobre la nación dominicana, como la Agencia Internacional de Desarrollo (AID), así como que Finjus hace lo mismo para con el imperialismo de la Unión Europea y Canadá, con sus respectivos planes de recolonización, pasando por la destrucción del Estado nacional dominicano y la programada fusión de República Dominicana con Haití, cosa que todo el mundo percibe y de lo que está plenamente convencido, como se sabe que la plataforma como círculo de presión, en desmedro del país dominicano, castración de su soberanía y autodeterminación, está para su ejecución bajo la dirección de la Iglesia Católica, S. A.-Vaticano a través de la orden de los jesuitas, que por ser tan recalcitrantemente perversa y reaccionaria, en sus círculos que operan en el país está integrada en cuerpo y alma al Opus Dei, empezando por el obispo Francisco Arnaiz, auxiliar número uno del Cardenal Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez.

Cuando abordamos la evaluación, o sea, efectuamos el estudio de la exhortación del obispo Presidente del Episcopado Dominicano, a la instauración del gobierno falangista de mano de hierro con guantes de seda formulada por el obispo Ramón Benito de la Rosa Carpio, quien debería hace tiempo estar preso por su responsabilidad y participación directa en la violación masiva, prostitución, depravación y degradación hasta el bestialismo sexual de más de 200 niños desde 5 años de edad en adelante, que se ha comprobado se produjo en el Orfanato de San Rafael del Yuma, Provincia La Altagracia, donde estuvo Benito de la Rosa Carpio por mucho más de una década, subrayamos que tanto Finjus como la llamada Participación Ciudadana, que es en realidad una entelequia sin ninguna inserción en el aparato productivo y distributivo del área económico-financiera-comercial de la sociedad dominicana, y cuya única realidad es que se trata de un apéndice de la Iglesia Católica, S. A. puesta al servicio de los mismos planes para los que opera la Finjus, y cuyos directivos -los de la Participación Ciudadana- se reducen a mediocres personajes puestos bajo la oscura y pálida personalidad del mediocre e imbécil Juan Bolívar Díaz Santana y su grupejo de miserables mercenarios de “Uno + Uno” que mantiene Pepín Corripio y el Opus Dei, están al servicio de los consorcios imperio-capitalistas.

Así, la Finjus ha reiterado, esto es, ha repetido, su admisión anterior de que son la AID norteamericana, la Embajada de EE.UU., la Unión Europea y Canadá, dos enclaves imperio-capitalistas recolonizadores y los grupos de banqueros, tipo Alejandro Grullón-Ramón Buenaventura Báez Figueroa (Ramoncito)-Banco del Progreso-BHD, etc., empresarios y sus corporaciones, como Conep, Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD), Asociación de Hombres de Empresa dominicana, las asociaciones de corporaciones hoteleras, de Zonas Francas, de importadores y todos los enclaves económico-neoliberales y globalizadores, los que les financian sus actividades, pero ocultan que es la Iglesia Católica, S. A., en la persona y con la actividad del empresario de dios, Agripino Núñez Collado, quien hace de coordinadora y conducto de hacer llegar los recursos financieros, que es el papel para el que se empleó la llamada “Iniciativas Democráticas”, auspiciada por la AID-Putamaima.

Pero dicen los directivos payasos de Finjus, que a pesar de ser financiada por esas fuentes del imperialismo y la recolonización, la Finjus actúa con criterios independientes; que su Consejo Directivo, compuesto e integrado por una trulla de miserables mercenarios, es quien traza las pautas y la política de Finjus.

Estas declaraciones incalificables se producen exactamente junto con la noticia que recorre el mundo de que el Sub-secretario de Estado norteamericano, Robert Zoellick, del gobierno hitleriano y fascista de George W. Bush, al visitar a Nicaragua el miércoles 5 de octubre, le dio un ultimátum a la derecha -entiéndase al Partido Liberal nicaragüense- para que dé las espaldas al ex-Presidente Arnoldo Alemán, por ese mismo partido de Nicaragua, por el hecho de que éste, una vez metido preso acusado de múltiples delitos, entre ellos el de lavado de dinero, estableció una alianza con el Frente Sandinista contra su enemigo común, que está representado por el gobierno actual de Nicaragua, que encabeza Bolaños, que es apoyado por Bush y su gobierno genocida.

Resulta más difícil que enderezar chifles de buey con sus traseros a los flamantes lacayos de Finjus convencer a la opinión pública de que el mismo gobierno de Bush y sus funcionarios diplomáticos y del espionaje, como los de la AID y su Embajada, sean tan condescendientes con esos miembros del Consejo Directivo que, aportándoles millones y millones de dólares para sus labores -¡y qué labores!- les den plena independencia, libertad absoluta para que actúen por su propia cuenta.

Esto que ha sido expresado en forma tal que dan a entender que consideran a la nación dominicana un país de borregos o de gentes tan imbéciles como los lacayos agentes anti-nacionales del Consejo Directivo de Finjus, compuesto por personajes cuyos nombres rebelan su propia catadura nociva, como los de Mary Rodríguez, Servio Tulio Castaños Guzmán, George Santoni, Práxedes Castillo Báez, etc., pero en realidad lo único que consiguen es hacer el ridículo y mover a risas.

Tales despropósitos reflejan la existencia objetiva y real de una excelsa dignidad de mercenarios miserables que encarnan la modalidad criolla de la depravación moral e imbécil del Obispo de Aguascalientes, de México, el nombrado Ramón Godínez, que llegó al extremo de la desfachatez y la depravación de afirmar que la Iglesia Católica, S. A., no tenía ningún problema, remordimiento ni escrúpulos para recibir todos los aportes que puedan llegarle a la Iglesia de la mafia nacional o internacional, del crimen ni de los criminales organizados, del narcotráfico, del blanqueo de dinero, proveniente de la trata de blancas y la prostitución y el negocio de la pedofilia, del contrabando de negros y amarillos del Sudeste Asiático o chinos, de manos de los genocidas imperio-capitalistas y reaccionarios, verdaderos verdugos de los pueblos y países pobres, puesto que ese dinero que viene envuelto y derramando sangre y lodo por todos los poros de su cuerpo de la cabeza a los pies, se purifica y se vuelve sagrado y bendito por la gracia de dios -de su dios, ¡Ay que terrible y corrupto dios éste!- tan pronto cae ese dinero en manos de la Iglesia Católica para ser dispuesto y usado a sus anchas y parasitariamente por las legiones de zánganos y parásitos sacerdotes católicos, sobre todo por su Papa, sus cardenales, obispos y monseñores.

Es exactamente lo mismo dicho por los incalificables del Consejo Directivo de la Finjus.

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