Condición de vitalicio de los jueces de la Suprema Corte de Justicia es privilegio sólo para esa élite compuesta por patas de puercos

 

No sólo ni tampoco es lo de más significado e importante, que no hay ley alguna en toda nuestra estructura jurídica ni de la que se tomó como guía para la llamada reforma del sistema judicial dominicano actual, que consigne ni establezca lo del juez o jueces vitalicios; fue, como han explicado distintos juristas dominicanos, la legislación francesa de donde se copió textualmente lo del Consejo Nacional de la Magistratura (copia burda que es una gran hazaña que delata la naturaleza e inteligencia cuadrada de Eduardo Jorge Prats, el docto ignorante que carece de talento para ponderar las figuras de Ariel y de Calibán, como de los intelectuales en el campo de los países subyugados por el imperialismo), así como que tampoco está contemplado lo de los jueces vitalicios ni previsto en el globalizado -lo que habla y delata la naturaleza ideológico-política de los lacayos redomados o taimados que lo elaboraron- sistema judicial iberoamericano.

Lo más significativo es, del desbarre absurdo de la condición de vitalicio de los jueces de la Suprema Corte de Justicia, pues dicho privilegio sólo es para esa élite compuesta por patas de puercos y personajes buenos para nada, aunque cargan a cuestas cada uno y todos en conjunto más infamias que la historia universal de las canalladas que ameritan dicha categoría y que para describirlas se necesitarían por lo menos diez Jorge Luis Borges, que no es cualquier cosa, mientras que los demás jueces de los otros tribunales e instancias sólo están en sus cargos hasta el momento en que a estos 16 personajes, equivalentes a los 72 sabios del consejo bíblico, sobre todo el salvaje e ignorante montaraz Jorge Subero Isa, les dé la gana de iniciarles un proceso y concluir cancelándolos; lo más importante y sustantivo de lo de la condición vitalicia de los jueces de la pandilla de Subero Isa y de los consorcios monopolistas extranjeros que desarticulan al país, es que lo de vitalicio sólo es propio de la monarquía absoluta o de los imperios, como por ejemplo el Papado dentro de la transnacional mágico-religioso equivalente a un cartel de opio, llamada Iglesia Católica-Vaticano.

Y que lo de vitalicio está contrapuesto al sufragio universal y electoral.

Lo de vitalicio castra y secuestra el ejercicio de la autodeterminación y la soberanía popular como fuente de la democracia y garante de ésta.

Pero en el caso de la banda de Subero Isa lo de vitalicio es aún más escandaloso puesto que es contrapuesto a la misma ley de leyes que rige el pacto social en el que descansa la estabilidad y la existencia misma de la nación dominicana.

 

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