JUAN BOLIVAR DIAZ COMO CONFESO JESUITA ARRASTRA UNA ESTELA DE IGNOMINIA Y PERVERSIDAD QUE LO LLEVA A SER UN AGENTE ANTI-NACIONAL APATRIDA PROHAITIANO Y TRAIDOR A LA NACION DOMINICANA

La actitud de Máximo López Molina de negarle una entrevista a esta sabandija incalificable es una acción honesta, ya que la hubiera utilizado para volcar veneno y desinformación sobre los luchadores democráticos contra la dictadura del imperialismo y la Iglesia Católica que tenía como fachada al tirano Trujillo

07-05-2015

 

Derrotado, y en franca quiebra, tras su bancarrota ideológica y política, Máximo López Molina, el enigmático y audaz opositor a la dictadura tiránica que, exhibiendo una desinhibición poco común entre los que componen el movimiento revolucionario, de orientación o simpatías por el socialismo, pactó con el dictador tiránico y sanguinario su entrada al país, con derecho a desplegar actividades políticas de oposición al régimen; actividades que, efectivamente, dio inicio y llevó a cabo, abriendo un local en la avenida Duarte entre la Benito González y la Mella, en la acera Occidental de la avenida; Máximo López Molina y su lugarteniente Andrés Ramos Peguero, héroe legítimo en la lucha libertaria del pueblo cubano contra la dictadura de Batista y sus esbirros.

Andrés Ramos Peguero fue salvajemente asesinado, posteriormente, por la bestia negra de la dictadura de Trujillo, renovada en la persona de relevo, delegada por la Iglesia Católica-Vaticano y el Opus Dei, Joaquín Balaguer, esto es, en la dictadura tiránica de los 12 años, en cuyos 8 años primeros, dio fiel cumplimiento al reeditado libreto o guión, con que el imperialismo yanqui, en colusión con la Iglesia Católica de Benito Mussolini, que recién le había creado la entelequia o adefesio seudo-estatal, que es su Vaticano, centro de las más excelsas y olímpicas iniquidad, infamias, ignominias, canalladas, asesinatos, conjuras de crímenes masivos, etc., tanto en la era del nazi-fascismo alemán-italiano y el falangismo nacional-católico de Francisco Franco, en España, como, tras la derrota de éstos a manos del Ejército Rojo soviético, encabezado por el Generalísimo del proletariado mundial, José Visarianóvich Stalin; luego de lo que. la Iglesia Católica-Vaticano, que había hecho desde el 1928 de guía espiritual de esos monstruos genocidas de la entente nazi-fascista-falangista, al ser éstos derrotados, consideró aceptar gustosamente la condición humillante de rehén, que no otra cosa quedó siendo la condición de la Iglesia Católica-Vaticano y su pervertido como retorcido cabecilla genocida, conocido en la historia universal como el Papa de Hitler, esto es, el alias Cardenal Eugenio Pacelli, que adoptó el título imperial de Pío XII, en honor y a la memoria de su antecesor, Pío XI, quien fue el que llevó la nefasta iniciativa de alineamiento, de esa oprobiosa Iglesia Católica-Vaticano, con el nazi-fascismo-falangismo, dando muestras de la inmensidad de su irreversible prostitución (de entregarse al que mejor le paga primero, y luego al que le sigue, el disfrute de la impunidad) y podredumbre espiritual hasta el alto nivel de la más absoluta amoralidad (lo que no ha de extrañar, pues nada más amoral que cualquier religión, en particular la cristiana, que es una religión infame de canallas, asesinos y culpables).

Ese libreto o guión, puesto, por el imperialismo yanqui y la Iglesia Católica-Vaticano, en manos de Trujillo, su peón, mayordomo, chopo y verdugo, venía a ser equivalente a la síntesis de más de 2 mil años de experiencias acumuladas en materia de represión, coerción y exterminio; que es el acervo cultural más espuriamente elevado, tanto del conjunto del imperialismo yanqui como de la Iglesia Católica-Vaticano y las sectas protestantes.

No obstante, siendo Estados Unidos el imperialismo más criminal y sanguinario, incluso muy por arriba del grado abominable del eje nazi-fascista, le falta tal vez duplicar sus atrocidades genocidas para poder igualarse con la voracidad asesina de la Iglesia Católica-Vaticano.

Y si los crímenes de ésta, que tienen una magnitud inconmensurable, los sumamos a los de los protestantes, luteranos, calvinistas, cuáqueros, pietistas, bautistas y demás, se necesitaría que Estados Unidos, por lo menos duplicara sus crímenes para entonces pensar en equipararlos al monto de asesinatos perpetrados por los cristianos, apostólicos, romanos y protestantes. De este acervo, de experiencia criminal y de la opresión y explotación, es que hablamos.

Andrés Ramos Peguero fue hecho preso por la Banda Anticomunista y Reformista Balaguerista dirigida por los sociópatas y sicópatas, Capitán del Ejército, y luego Mayor de la Policía Nacional, Oscar Núñez, alias El Cangrejo, y esa crápula nauseabunda, repugnante, cobarde y vil, de Ramón Pérez Martínez (Cholín el Loco, o Carnicero de Lyon).

El contenido, común e idéntico, del guión dejado a Trujillo, y a Balaguer desde el 1966, por el imperialismo yanqui, la CIA y la Iglesia Católica-Vaticano, fue el de perseguir y exterminar, sin piedad ni miramientos, a cuantos revolucionarios y luchadores anti-imperialistas pudieran; en especial, a los que se identificaran con los principios y postulados del comunismo; esto es, del socialismo científico, para no dejar ni la semilla.

Pues bien. La decisión y la acción de Máximo López Molina siempre ha sido controversial y discutida. Pero lo cierto es que en el pacto de Máximo López Molina, en el 1960-61, fue hecho con arrojo. ¿Por qué no valor y muchos cojones o material colgante? Llegó a estremecer la sociedad capitaleña y cibaeña de Santiago de los Caballeros. Aquí, en la capital, montó varios altoparlantes que, desde que empezaba el día laboral, comenzaban a denunciar las atrocidades y crímenes de la dictadura tiránica de Trujillo.

Dado el efectivo sistema de espionaje del dictador, sistema en el que, durante 30 años, cada confesionario de cura, y cada uno de ellos, era un centro de acopio de informaciones contrarias al régimen para servicio de éste, el MPD de Máximo López Molina, al instalarse en el país, fue infiltrado en su llamado Comité Central.

Jerez Cruz, era un abogado, miembro del SIM (Servicio de Inteligencia Militar), que se agenció las simpatías de Máximo López Molina. Si mal no recordamos, tenía el rango de Capitán. Pero así como el régimen le infiltró a este leproso moral, corchete, espía y caballo de Troya, del que se habla y se comenta, también a las filas del MPD y su membrecía confluyeron muchos agentes, sobre todo de los jesuitas, de la Iglesia Católica-Vaticano.

Máximo López Molina, Andrés Ramos Peguero, Fernando Ariza Aristy, César Rojas, los hermanos Céspedes, son nombres de aquellos hombres, de los que se puede diferir por sus formas y los medios; pero, a pesar de sus errores, hay que reconocerles arrojo, valor, valentía y odio impulsador de derrocar la dictadura, para alcanzar la libertad y la democracia,

Máximo López Molina, como se sabe, vive retirado en Francia, junto a su esposa, la Madam, que llegó a ser coronel o general de la Securité francesa, antes de ser pensionada y retirarse, junto a Máximo López Molina.

Juan Bolívar Díaz Santana trató, con fines inconfesables, de obtener, de Máximo López Molina, una entrevista, con fines de catapultarse y disfrazarse, en vez de presentar su rostro y su conducta verdaderos, que son las de un sirviente abyecto y vil. Le hizo llegar su solicitud de concesión de entrevista a Máximo López Molina, como el mismo leproso moral, del traidor Juan Bolívar Díaz Santana, lo confesara, por lo menos media docena de veces; y, siempre, recibió la indiferencia y el silencio por respuesta.

El espía este, de Juan Bolívar Díaz Santana declaró, que inicialmente había sido de ese MPD de la avenida Duarte, y que por ello admiraba o quería obtener esa memorable entrevista del legendario lobo revolucionario.

Pero, hace apenas semanas, que el mismo Juan Bolívar Díaz Santana tuvo a bien reconocer que, desde que apenas entraba a la adolescencia, se inclinó por ser jesuita; y que, efectivamente, él es un jesuita, y que todo lo que él es, se lo debe a esa funesta y criminal orden asesina militar de los papas; orden creada, no por ese gallo loco y sociópata como sicópata, preso de sus alucinaciones, y que es Ignacio de Loyola, sino por el Francisco Borgia, nieto de Alejandro VI, alias imperial de Rodrigo Borgia, el mismo depravado padre y marido de César, de Juan, Onofre y Lucrecia con una misma mujer; como Juan fue muerto por Onofre, su mismo hermano, por encontrarlo con su querida esposa. Juan, nombrado originalmente capitán de la guardia pontificia, cargo que deseaba César, quien no tenía ninguna inclinación sacerdotal, aunque tenía el rango de Cardenal. Los sicarios que mataron a Juan fueron condotieros de César.

Máximo López Molina fue un lobo revolucionario solitario, porque, ideológicamente, era una combinación tropical de blanquismo revolucionario, de proudhonismo y hasta de bakuninismo y una gran admiración por el marxismo revolucionario.

Máximo López Molina rompió las coordenadas de que el revolucionario debe tener, del lobo, un pelo cuando menos; y se volvió un lobo obediente a sus instintos y a su olfato.

Es así que, Máximo López Molina tuvo, a Juan Bolívar Díaz Santana, siempre visualizado como traidor y espía de la CIA y la USAID, como de la Unión Europea y el régimen oligarquía.

Basta y sobra conocer, que en el audaz movimiento de Máximo López Molina y Andrés Ramos Peguero, que llegaron hasta a hacerle un piquete de denuncias al Servicio de Inteligencia Militar (SIM), cuyo centro de dirección se encontraba en la 30 de Marzo esquina México (hoy avenida México), se produjeron más de 200 asesinatos de emepedeístas en La 40, de lo que es superviviente Cayetano Rodríguez del Prado. Lo que conllevó a las batallas campales, con centenares de heridos y decenas de muertos, con los paleros (¡Oh los famosos paleros, tan nostálgicos para ciertas figuras prominentes y para otros que no lo son!).

Esos grupos de lúmpenes, llamados paleros por los grandes palos que empleaban en sus agresiones, eran dirigidos aquí, en la capital, por José Antonio Jiménez, que es el padre ¿a que no adivinan? del mismo Christian Jiménez, que se colaba de miembro del Patrado y, antes, de la llamada Línea Roja del 14 de Junio (¿Ven por qué decimos que la sola palabra paleros crea nostalgia incluso en figuras que no tienen nada de notable, sino su condición espuria, que sí es olímpicamente alta y concentrada?).

José Antonio Jiménez tenía un taller de ebanistería en Borojol; y de ahí abastecía a sus criminales de los palos que empleaban en sus tropelías, y por lo que se les designó como Los paleros de Balá, que era el apodo del papá de Christian Jiménez.

Para quienes lo duden, coloquen una foto de Christian Jiménez, aún habiéndose hecho como dos docenas de cirugías de rostro (porque siempre ha sufrido la orfandad de la belleza y la abundancia de su fuera) al lado de una de Balá (José Antonio Jiménez), y verán que son idénticos. Claro, no tomen la foto de Balá cuando el ímpetu anti-trujillista libertario de los emepedeístas, con una certera pedrada, hizo diana en plena boca, tumbándole cuántos dientes la piedra encontró en su camino.

El caso es que Máximo López Molina no cayó en el gancho de darle la entrevista a un espía jesuita y de la CIA, como es Juan Bolívar Díaz Santana.

Hace pocos meses que nuestro dirigente recibió, a eso de las 10 de la mañana, una llamada de Francia, París, lo que le causó sorpresa y curiosidad, y al concurrir al teléfono resultó que la llamada era, nada menos y nada má,s que de don Máximo López Molina. La conversación se remontó por media hora. Y en ella quiso reiterarle a Máximo López Molina lo justo y certero de su parte, que fue el no haberle concedido esa entrevista al tal leproso moral, inescrupuloso y agente contrarrevolucionario, hoy desenmascarado como enemigo a ultranza de la soberanía y la autodeterminación, al igual que de la existencia de la República Dominicana como libre e independiente.

Se trata, este Juan Bolívar Díaz Santana, de un agente de la ultrarreacción oligárquica, pues es un jesuita confeso.

Y, en la entrevista con Máximo López Molina. buscaba material de informaciones directas por un protagonista de tantas luchas y sacrificios en el exilio y aquí en el país.

Pero. buscaba esas primicias auténticas y originales. de ese lobo revolucionario ya en retiro, con fines exclusivos de lanzar lodos e infamias contra los luchadores y la causa de la libertad, de la liberación y la soberanía, como para liberarnos de la coyunda oprobiosa del dominio imperialista, tanto norteamericana como europea, por un lado, y por el otro lado, por parte de la parasitaria, cavernaria, retrógrada, oscurantista, y, sobre todo, parásita económico-social, que es la Iglesia Católica-Vaticano.

“Don Máximo -oímos decir a nuestro dirigente-, le felicito por no prestarse a que los enemigos y los asesinos de todos los que cayeron luchando contra la dictadura de Trujillo y el imperialismo yanqui, cínicamente puedan presentarse dando las informaciones, con fines intimidatorios, de los vejámenes y crueldades que sus víctimas sufrieran por atreverse a desafiar el poder reaccionario”.

Esto era lo que buscaba, y no otra cosa, ese rufián y granuja de Juan Bolívar Díaz Santana, con entrevistar a Máximo López Molina.

Espía de los jesuitas.

Espía del trujillismo.

Espía de la dictadura yanqui balaguerista.

Espía de la USAID-CIA.

Espía mercenario de arriba hasta abajo.

Lanzar insidias y crear divisiones y más oportunismos dentro de la historia del movimiento revolucionario, es la finalidad de Juan Bolívar Díaz Santana, como confeso jesuita.

En su entrevista, con la opusdeista e informante de la Embajada yanqui, Mariasela Alvarez Lebrón, el traidor y agente de los jesuitas confeso, reiteró que, hasta su estadía en México, con la banda criminal de los Legionarios de Cristo, del condenado pederasta, estafador y traidor Marcial Masiel Degollado, le fue otorgada y financiada por los jesuitas, por medio de los Legionarios de Cristo, para especializarse como periodista mercenario a su servicio.

Los jesuitas son perros de caza y depredadores sin miramientos.

Fueron jesuitas, como el fascista y franquista Láutico García, Barrous, y otros tantos, los que formaron las organizaciones clericales, que luego concurrieron a cerrar filas en el contrarrevolucionario Partido Revolucionario Social Cristiano de Yuyo D’Alessandro, Mario Read Vittini, Caíto Javier, Moreno Martínez y comparsa; que, en el primer gobierno del tirano alimaña, se pasaron al partido de sabandijas del tirano alimaña Joaquín Balaguer; y, de ahí, el nombre que aún ostentan de Partido Reformista Social Cristiano.

Cabe observarse, detenidamente, el dato revelador que se expone en el hecho del nombre adoptado por el partido clerical-confesional, diseñado en conjunto por la CIA y los jesuitas, nombre de Partido Revolucionario Social Cristiano; debiéndose agregar, esa es una colusión que venía trasplantada por los contrarrevolucionarios de la alianza Pacto de Punto Fijo, firmado por el procónsul de la CIA, Rómulo Betancourt y el también agente pagado de la CIA, reclutado por el mismo Rómulo Betancourt, desde la época en que éste le diera el Golpe de Estado al escritor Rómulo Gallegos, a fines de la década del 40 del siglo XX, Juan Emilio Bosch Gaviño.

De ahí que, el Partido Revolucionario Social Cristiano, de Yuyo D’Alessandro, Caíto Javier, Mario Read Vittini, etc., desde su principal signo de gestación intrauterina, ya era un adefesio recalcitrantemente contrarrevolucionario; y, sin embargo, adoptó, con fines de engaño y confusionismo, el nombre de Partido Revolucionario, el que es absorbido por Joaquín Balaguer; y, en vez de Partido Revolucionario Social Cristiano pasó a ser Partido Reformista Social Cristiano.

 

Volver a la Página Principal