EL VIEJO AGENTE DE LA CIA TIRSO MEJIA -EL TARTUFO- SE ASINCERA Y CONFIRMA LAS CLARIVIDENTES DENUNCIAS SOBRE SU REAL CATADURA HECHAS POR NUESTRO PARTIDO COMUNISTA -PACOREDO-

De paso, revela y confirma su papel de reclutador de los otros sirvientes abyectos de esa agencia del crimen y el terrorismo, Fidelio Despradel y Luis Gómez Pérez, siguiendo los pasos de los otros espías pagados de la CIA, Juan Emilio Bosch Gaviño y Oguí Pie-Peña Gómez, el contratista Sacha Volman y Juan Isidro Jiménez Grullón

10-07-2015

 

Ha quedado confirmada la condición, de espías y agentes pagados de la CIA, de los señores Fidelio Despradel Roque y Luis Gómez Pérez; dos viejos oportunistas y renegados revisionistas, como por igual aventureros, con una trayectoria común anti-marxista y anti-leninista; y recalcitrantemente contraria a nuestro Partido Comunista de la República Dominicana (PACOREDO).

Ahora, es el mismo que los reclutó desde el exilio, del 1960 al 1961, que no es otro que el viejo y conocido rufián de su misma calaña, Tirso Mejía Guzmán, que, para ínfulas oligárquicas, se cambia el Guzmán, que es en verdad su segundo apellido, por el de Ricart, que era el segundo apellido de su padre, Gustavo Adolfo Mejía Ricart; con lo que de paso, igualmente corrobora, la vieja y correcta acusación, que le ha insistentemente formulado nuestro Partido Comunista de la República Dominicana (PACOREDO), lo que hemos subrayado y enfatizado siempre, afirmando, que son esas condiciones y vinculaciones con la CIA, como cuerpo de espionaje y lucha contra el comunismo, en su práctica política y de actividades de esta índole, como en lo que corresponde a concepción, interpretación y aplicación del socialismo científico, en la necesidad de su vinculación, de estricto apego con sus postulados generales y principios, con la realidad económico-social de la República Dominicana y de la Nación y su Estado Nacional.

De Tirso Mejía Guzmán, desde los fines de la década del 1960, cuando se infiltró en la UASD, hemos venido desplegando una campaña de acusación directa, de denuncia y desenmascaramiento, por su condición de espía pagado de la CIA. Y ya, ahora, este Tirso Mejía Guzmán (Tirso Mejía Ricart), el célebre Tartufo, es él mismo quien tiene que reconocer, no sólo esas infames relaciones, que lo convierten en espécimen de los leprosos morales, sino que admite, que empezó trabajando con la CIA desde el 1959; y que parte de su labor fue como el reclutador, en la condición común de espía y agente de la CIA, de Fidelio Despradel Roque, que luego terminó convertido en brazo derecho de Manolo Tavárez Justo y defensor a ultranza de las descabelladas y absurdas actuaciones de su parte, que lo llevaron a la muerte; y así, efectuando un fugaz paso por la historia de errores y fracasos, hasta su desaparición, del heterogéneo y contradictorio “14 de Junio”.

Del mismo Tirso Mejía sale su confesión, de que se hizo parte de la red de la CIA en el exilio; tras haber sido reclutado por Juan Isidro Jiménez Grullón, y un cuñado de éste, miembro del Army norteamericano, de apellido Canepa, de nombre Tito, que se había infiltrado en el movimiento del exilio dominicano, valiéndose de ser esposo de una hermana de Juan Isidro Jiménez Grullón.

Además, corrobora Tirso Mejía Guzmán (Ricart), que, al igual que Fidelio Despradel Roque, fue él quien incorporó al flamante y reconocido traidor trotskista, y furibundo renegado revisionista, Luis Gómez Pérez; quien, como este mismo confesara, llegó a ser el segundo hombre más importante en el Comité Central del partido “colaboracionista” y “capitulacionista” dominicano (p“c”d), disuelto antro de espías de la CIA y del mercenarismo castro-guevarista y del social-imperialismo y social-fascismo soviético ruso, de Nikita S. Jruschov, como de Brezhnev, y su célebre doctrina social-imperialista y social-fascista de la dictadura internacional y soberanía limitada; en lucha contra la que nuestro Partido Comunista de la República Dominicana (PACOREDO) se consolidó y fraguó, definitivamente, como la vanguardia ideológica, teórica y politico-práctica del socialismo científico y la lucha por la revolución de liberación nacional, democrático-popular y de emancipación social.

Un componente, muy importante, de la admisión formal de Tirso Mejía, como viejo espía de la CIA y de su labor de reclutamiento e incorporación a las redes de espionaje y patrañas de la CIA, de Luis Gómez Pérez y de Fidelio Despradel es que Tirso Mejía ya venía trabajando para la CIA, junto al ideólogo contra-revolucionario, anti-marxista y anti-leninista, y acérrimo calumniador, a base de intrigas e insidias, contra nuestro Partido Comunista de la República Dominicana (PACOREDO), Juan Isidro Jiménez Grullón; quien ya en sus panfletos, en forma de libracos, sobre política y sociografía, había también, públicamente admitido, que fue parte de las redes de espionaje e infiltraciones de la CIA de manera pagada.

Como, al mismo tiempo, suscribió la conocida denuncia, ya para ese entonces un caso de vieja data, de la condición, a un mayor nivel que el mismo Juan Isidro Jiménez Grullón, del felón y redomado traidor, Juan Emilio Bosch Gaviño; llegando a ofrecer las siglas cifradas con que operaba Juan Emilio Bosch Gaviño para la CIA desde cerca del 1940, y con las que se consignó la orden de la CIA, para que el gran felón y espía empedernido recibiera el financiamiento y el apoyo, con todo tipo de respaldo, del convicto y confeso espía y agente de la CIA, de propia boca, y escrito por sus propias manos con tinta negra sobre papel blanco, José Figueres (Pepe Tacones), de Costa Rica; precisamente en donde Juan Emilio Bosch Gaviño actuaba, teniendo como su brazo derecho al contratista internacional de la CIA, al rumano anti-comunista Sacha Volman; quien fue de los que organizaron la llegada al país, luego del 5 de julio del 1961, del agente de la CIA y del Departamento de Estado (entiéndase, de cada uno y todos los gobiernos del imperialismo yanqui), que fue siempre Juan Emilio Bosch Gaviño.

De igual modo Sacha Volman fue quien, por directriz de ese archi-leproso moral de Juan Emilio Bosch Gaviño, articuló y dio los pasos para el reclutamiento y conversión de Oguí Pié-José Francisco Peña Gómez en espía pagado de la CIA y en agente a sueldo, como mercenario político e informante, del Departamento de Estado, lo cual fue la primera herencia de su maestro, Juan Emilio Bosch Gaviño, y que arrastró hasta el día de su perra muerte.

Fue a Sacha Volman a quien Peña Gómez le recomendara, a su vez, a Hatuey Decamps, para incorporarlo como reclutado por la CIA, lo que ha sido desde entonces y por lo que se creyó que sería el heredero político de Oguí Pié, alias Peña Gómez, que le alentaba su falsa ilusión con fines de tenerlo como un perrito faldero, que le lamía los pies, las bolsas y el trasero, para todo lo que había que ser el non plus ultra entre los grandes asquerosos.

Sacha Volman, por su parte, nunca se separó de su discípulo y pupilo del espionaje y el anti-comunismo contra-revolucionario, Oguí Pié, alias Peña Gómez. Cuando éste fue pasado de contrabando como síndico, Peña Gómez lo colocó de inmediato como jefe de personal de los talleres del Ayuntamiento; y allí, antes de que se secara la tinta de su nombramiento, ya estaba persiguiendo a los comunistas; y, de inmediato, ordenó la cancelación del miembro de nuestro Partido Comunista de la República Dominicana (PACOREDO), Cástulo Toussaint; lo que motivó una paralización total de los talleres, por parte de los mecánicos y personal de ayudantes; puesto que, como decían, en todo el Ayuntamiento, ni Peña (Oguí Pié), ni el rumano aventurero y leproso moral Sacha Volman, tenían la moral, ni responsabilidad y cumplimiento en su trabajo, que había mostrado tener Cástulo Toussaint.

Volvamos a Tirso Mejía, Tartufo y de la CIA, en sus preciosísimas y oportunamente esclarecedoras revelaciones de la verdad, en torno a sus labores de la CIA, de cómo reclutó para la CIA a Luis Gómez y a Fidelio Despradel Roque; como compartió funciones de la CIA con Juan Isidro Jiménez Grullón, Fidelio Despradel, y con Luis Gómez Pérez, entre otros; aunque, desgraciadamente, calla y asume el silencio como protección a otros muchos; y, sobre todo, de la prensa amarilla y venal, como particularmente de “El Nacional”, “Hoy”, “El Caribe”, “Listín” y los traidores a la Patria.

No obstante, cabe resaltar que, en su condición de estúpido y borderline, el espía Tirso Mejía quiere que se excluya a su primo hermano, el médico Jordi Brossa, de los puntales creadores de la Clínica Abreu, como centro de operaciones de la CIA y de la Embajada yanqui; y recurre a la peregrina afirmación de: Jordi Brossa, mi primo, dice, tenía una estrecha amistad con la CIA, pero no se puede decir que era de la CIA. lo que nos recuerda el alegato mundano: El que tiene las plumas de pato, camina como un pato, emite los sonidos de patos y se aparea con patas, es porque es un pato.

Ahora bien, con las confesiones, estremecedoras y devastadoras de engaños, como quitadoras de caretas y disfraces, de Tirso Mejía, viene además de comprobar la tremenda veracidad, con igual dosis de valentía y honradez revolucionaria marxista-leninista, comunista, de la dirección de nuestro firme y clarividente Partido Comunista de la República Dominicana (PACOREDO) y de su dirección, que es real y objetiva, para con los especímenes de los cagatintas y rastreros, elementos prostituidos de la prensa burguesa, lo de: raza de ayunadores, jugadores, degenerados y depravados, viciosos y sifilíticos, además de incestuosos, criminales y homicidas, como empedernidos traidores, que se ufanan de negar la verdad, que resplandece como el sol, en especial, cuando se trata de hacer de escépticos para la defensa de los espías y traidores de la CIA y del imperialismo, como de la Iglesia Católica-Vaticano.

Ya cuando Erick Chester, con pruebas al canto, blandió, agitando al aire, los papeles desclasificados de la CIA, en los que se comprobaba la condición común de Juan Emilio Bosch Gaviño y de Oguí Pié-Peña Gómez, como espías pagados por dicha agencia terrorista criminal del espionaje y el terrorismo; en vez de asumir una postura de asombro, como principio filosófico, de llave para desbrozar el camino de la verdad, prefirieron apegarse a su ironía, como sinónimo del engaño y de su ignorancia -que es el significado genuino y de fondo de dicha palabra-, para no aceptar que, una vez más, y en esta ocasión de  manera irrefutable, por tratarse de la fuente de donde provienen los datos documentales rebelados, caen de rodillas clamando: Eso es mentira, insólito, es una conjura; y todo porque, afirmado con pruebas en las manos, escritas con tinta negra en papel blanco, los desnudaban, de pies a cabeza, en sus espurias labores de encubrimiento; lo que resultaba, a su vez, otra prueba abrumadora de su propia naturaleza, como del ignominioso papel de dicha prensa mercenaria.

Ahora, lo que dirán, respecto a los rufianes y crápulas, leprosos morales Luis Gómez y Fidelio Despradel, será muy poco o nada; para no reconocer ni admitir la contundente, verdad inamovible, que se materializa y resulta ser el Partido Comunista de la República Dominicana (PACOREDO).

Es claro que no hemos concluido, por lo que estaría de más y, de hecho sobra, escribir y decir, que continuaremos abundando sobre el tema.

 

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