El trípode de la muerte: Ley de Salud, de Seguridad Social y de Pensiones y Jubilaciones traspasa responsabilidad del Estado a manos de insaciable voracidad de los banqueros y su capital financiero

 

La privatización de los hospitales públicos, la conversión de las enfermedades en un vil comercio especulativo, la eliminación del concepto paciente en los centros de salud para ser sustituido por el de cliente de salud, el acorralar y decretar que el Estado no puede intervenir ofreciendo servicios de salud a la población como parte de sus responsabilidades y funciones, como centro que es del funcionamiento del orden público, sino que tales responsabilidades han pasado a manos de los empresarios y particularmente de los bancos, el capital financiero y especulativo, toda esa vasta y terrible conspiración para aplicar un programa de muertes masivas conocido como el plan del factor K -killer, que significa muerte- y que parte del neomaltusianismo, llamado así por Malthus, un sacerdote, el autor de la criminal teoría que plantea que se hace necesario la eliminación de una buena parte de la población para que el resto pueda vivir; decimos que todo esto se coronó en la Ley de Salud, en la de Seguridad Social y en la Ley de Pensiones y Jubilaciones, que es especie como de una peste que bien puede llamarse el trípode de la devastación humana y de las muertes masivas o de que el que no pueda estar vivo, que se muera, que es una lógica muy propia de los perrodé pepegatos hipolitistas y de los pelegatos pálidos, cuya finalidad es hacer que los bancos y los ricos acumulen cada vez más riquezas y cuartos hasta a costa de las enfermedades de la gente.

Pero mientras tanto, toda esa maldita prensa amarilla hacía teatro y montaba allantes dando a entender que la finalidad de esas leyes -el trípode de la muerte- era o buscaba como su objetivo que el servicio fuera más efectivo, y hasta decían, irónica y cínicamente, que su fin era darle la atención médica y de salud a cada dominicano que lo necesitara.

Fuimos nosotros, desde este programa, y desde “¡Despertar!”, que mantuvimos, contra vientos borrascosos y fuertes mareas, la denuncia de que los capitalistas criollos, enlazados y supeditados al capital financiero internacional y a la banca, habían creado un fulminante instrumento para incrementar los abusos y atropellos contra el pueblo como nunca antes, que había que rechazar la privatización de los hospitales públicos, que había que oponerse a la Ley de Salud, de Seguridad Social y a la de Pensiones y Jubilaciones, que todas buscaban exprimir al pueblo hasta hacerlo explotar por ojos, boca y nariz.

Ahora aceptan y reconocen que más de un millón no tiene acceso a los centros de salud, y dicha cifra se queda insignificantemente chiquitica anta la realidad que habla de que ese millón de pacientes que no encuentra quién los atienda como enfermos, multiplíquese por 6 ó 7, si no por 8 y entonces se tendrá una cifra cercana a la verdad.

Los responsables, además de los monopolios, son los curas católicos y su Iglesia Católica-Vaticano, la prensa amarilla y los perrodé, pelegato, así como las sabandijas reformistas seguidoras del tirano alimaña, esto es, del Partido Reformista Social Cristiano.

 

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