El ingeniero Musa y Minú son del gobierno, pero prestan su Fundación para promover la plataforma común de Josesito Hazim y el gobierno con el puente Iglesia Católica-grupo Agripino Núñez

 

En un verso de un poeta, cuyo nombre ni siquiera queremos mencionar, que se decía comunista pero en realidad no era más que un traidor y renegado revisionista al que el imperialismo norteamericano le diera, antes del 1970, el Premio Nobel por haberse dedicado a despotricar, no precisamente por cuestión de principios sino de mercenarismo, contra la revolución cubana, haciendo coro con los apologistas del anti-comunismo más atroz, lo que hizo que muchos jóvenes de América Latina entendieran que no estamos todos los que somos ni somos todos los que estamos, que, por cierto, suena casi casi como uno de esos versos negroides de Nicolás Guillén, el cubano, que con sus grandes lastres a cuestas y todo, no pudo callar y arremetió, valerosamente, rompiendo lanza por el auto-desenmascaramiento y la entrega al bestial imperialismo yanqui del otro poeta, no podemos dejar de recordar de éste, sin embargo, que en uno de sus poemas decía, pues no cabe expresarse que dice, ya que al pasarse a la línea del enemigo dejó de decirlo, más o menos así: “Siempre hay tantas cosas urgentes por hacer, cuando regreso a mi casa al salir del trabajo, paso por el partido y pregunto: ¿qué hay que hacer?, es que siempre hay tantas cosas urgentes por hacer…”

Así, ahora, apenas faltando de 2 a casi 3 semanas para efectuarse las elecciones congresionales y municipales, que son el 16 de mayo, no podemos dejar para después ciertas cosas que hay que elucidar con rapidez y mayor claridad aún, pues, ciertamente, contrario a aquellas aves agoreras que no vacilaron en proclamar el final o el ocaso total de la revolución y con ello de la historia, cuyo motor no es otro que la lucha de clases y las revoluciones, no estaría de más abogar a favor de que un candidato, por ejemplo, a un mismo cargo que un personaje tan siniestro, reaccionario y nefasto como Josesito Hazim, que siempre ha representado lo peor y que siempre ha sido un parásito del Estado y sobre todo del pueblo dominicano, a la vez que nunca dicho personaje ha dejado de usar la herencia perversa de su padre para ponerse al servicio de los peores centros de explotación, opresión y oscurantismo que tan despiadadamente expolian a las masas dominicanas, vendiéndose al mejor postor y sólo, como un patán, defender con mezquindad y bajas pasiones sus privilegios, provenientes del parasitismo que siempre ha protagonizado, y a lo que se refiere como una hazaña y lo suyo, lo mío, lo mío.

Después de comprobar que el comunicado de 11 puntos hecho público a nombre de la Fundación San Pedro de Macorís Incorporada, que formalmente no sería del patán Josesito Hazim, puesto que la formalmente suya es la llamada “Fundación para el Desarrollo de la Región Este”, constituye la más palpable evidencia de que Josesito Hazim es en realidad el candidato a senador de Leonel Antonio Fernández Reyna y de su banda, pero que dicho comunicado es la más preciosa confesión de todos los planes anti-nacionales, anti-populares y anti-dominicanos como del neoliberalismo disolvente de la nación dominicana y de entrega de sus despojos a la voracidad insaciable de los consorcios monopolistas internacionales, norteamericanos, de la Unión Europea y de la Iglesia Católica-Vaticano.

La evidencia se vuelve todavía más contundente cuando se conoce que, formalmente, al Fundación San Pedro de Macorís Incorporada es del ingeniero Musa y su mujer, la ninfa Minú Torres, a la que muchos recuerdan por haberse convertido en la amiga-secretaria íntima del tirano alimaña, si no por la tragedia moral de aquella hermana que era reprimida por su conducta humana, tan normal en tanto a la otra se le alentaba y premiaba la aberración, por la inversión que la misma representaba.

El ingeniero Musa y Minú son del gobierno, pero prestan su Fundación para promover la plataforma común de Josesito Hazim y el gobierno con el puente Iglesia Católica-grupo Agripino Núñez, representado por esos seudo-intelectuales y reales miserables mercenarios Luis Scheker Ortiz y Fernando Pérez Memén, en tanto Josesito Hazim, que tiene con la Iglesia Católica además el denominador común del parasitismo ante el Estado dominicano, así como que ambos son apátridas como los gitanos, por César Mella y Leonidas Martínez.

Sin embargo, formalmente, el candidato por el Pálido-Pelegato a senador lo es un típico representante petromacorisano surgido desde abajo, desde el barrio de Los Tocones de Miramar, cuya madre es norsa y su padre, aunque llegó a graduarse de odontólogo casi a los 30 años de edad, luego de tener que abandonar la UASD por falta de recursos en el 1963, fue todo el tiempo maestro de escuelas públicas. Ambos se llaman Alejandro Williams. Pero si el padre refleja el mulataje criollo, el hijo es un típico cocolo criollo, de una sonrisa tan blanca que contrasta con su piel grafito y le crea simpatía natural a la intensa negritud de su rostro. Sus letreros, cuando todavía era precandidato decían: “Dr. Alejandro Williams, quiero ser senador pa’ mi gente”.

El mensaje no podía ni puede ser más revelador. Si Alejandro Williams ciertamente se apegara estrictamente a él y no se dejara seducir por la politiquería y la engañosa y estafadora demagogia del neoliberalismo lacayo a los monopolios y al neoliberalismo individualista y desalmado, con sus privatizaciones y su nociva carga destructiva de la nación dominicana y el econicho humano-social del pueblo, Alejandro Williams podría ser el candidato a senador ideal para liberar al país -pues el cargo que está en disputa es el de senador de la República- de la peste que personifica en esta lid electoral Josesito Hazim.

Resulta que Josesito Hazim, reconociendo que el odontólogo Dr. Alejandro Williams hijo puede resultar (siempre y cuando quiera envolverse en la bandera dominicana sin atavismos y sin rasgos o símbolos de estafa, y permita que su persona represente los verdaderos intereses de su gente), un formidable contrincante capaz de barrerlo, hace días que trató de humillarlo, y dándoselas de magnánimo, de los mañosos como Balaguer precisamente, que en tanto era un avaro se dedicaba a hacer gala de supuesta generosidad regalándole a particulares lo que  no era personalmente de él -del tirano alimaña- sino del pueblo dominicano y del Estado dominicano, llegó a expresar, en reafirmación del patanismo que sustenta: “Si Alejandro Williams no hubiese recibido una ayuda con una beca mía, todavía estuviera siendo un cortador de caña, un bracero de los bateyes”. Así textualmente dijo aquel sujeto, ocultando que él nunca ha dado siquiera un vaso de agua de su real propiedad personal individual, y no cabe duda que buscando desesperadamente zaherir al novel candidato a senador por la Provincia de San Pedro de Macorís.

Si Alejandro Williams supiera y se atreviera a buscar que las gentes, sus gentes, le dieran su respaldo y se identificaran con él ofreciéndoles la brega por un Estado de Derecho libre y soberano y no la alternativa de esta falsa democracia que se oferta como limosna a un pordiosero, que sería el pueblo, o la dictadura tipo Trujillo.

Si le ofreciera poner su empeño en la lucha contra el vendaval de impuestos que recaen sobre las espaldas del pueblo para sacarle a puros latigazos los recursos para pagar la deuda externa, el derroche, los lujos y los intereses que le han creado al país las gentuzas tipo el mismo Leonel Antonio Fernández Reyna, los perrodés pepegatos de Rafael Hipólito Mejía y las sabandijas del Partido Reformista Social Cristiano del tirano alimaña Joaquín Balaguer, así como de esos insaciables parásitos ensotanados de la Iglesia Católica-Vaticano.

Si Alejandro Williams quisiera aunar esfuerzos para que se fortalezca la nación dominicana, de la que ha dicho que se siente entrañablemente su hijo.

Si Alejandro Williams se incorporara desde el cargo de senador, en caso de ganar, a recuperar los servicios básicos que el neoliberalismo, operando a través de los tres partidos tradicionales, le han arrancado al pueblo de abajo, incluyendo los servicios hospitalarios estatales y la educación pública, buscando el fortalecimiento de la educación gratuita y pública a todos los niveles desde el básica hasta el superior, de manera que tantos negritos come-coco criollos lograran prepararse, como lo ha logrado él, demostrando que no sólo servimos para el negocio sexual, el turismo, ser peloteros, faranduleros y carne de cañón para Zona Franca, sino para compenetrarnos con la más avanzada tecnología y profesiones, y demostrar que así valemos.

Si ese Alejandro Williams asumiera siquiera un camino parecido, de seguro que se casaría con la historia y nadie puede asegurar hasta qué sitial, de quien se dice que por una chepa histórica no está como bracero cañero hoy día, llegaría.

Dudamos que lo haga y no por falta de honradez y sinceridad, sino porque tal vez le falte formación y visión políticas. Pero si no en esta ocasión, que sea en otra. Y si no Alejandro Williams, que sea otro. Pero lo que sí está claro es que el Senado y San Pedro de Macorís deben liberarse de Josesito Hazim y su peste.

Pero si Alejandro Williams no da indicios claros de no compartir la plataforma neoliberal, lo mejor es no ilusionarse ni tampoco votar por él.

 

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