Genuflexión de la prensa amarilla venal la lleva a la prostituida y perruna actitud de elevar a los altares de la desinformación las posturas indecentes de intromisión recolonizadora de los Hertell, Brinneman, OEA o la Iglesia Católica-Vaticano en torno al proceso electoral

 

Y ya que estamos en esto de resaltar el funesto y nocivo papel que desempeña la prensa amarilla venal y sus legiones de espurios plumíferos de a tanto por línea, vendidos al mejor postor, verdaderos fariseos o sepulcros blanqueados (esto es, falsamente embellecidos por fuera, y por dentro un amasijo de gusanos que son la viva imagen de su activa putrefacción pestilente), ¿por qué no destacar la forma insolente y desfachatada en que los procónsules recolonizadores del imperialismo norteamericano en el país (poder éste que está cada vez más descalificado por su naturaleza criminal a nivel de los genocidios mundiales), nos referimos al Embajador norteamericano, el apátrida puertorriqueño Hans Hertell, y a la desagradable Elena Brinneman, de la agencia de espionaje e intromisión recolonizadora yanqui Agencia Internacional de Desarrollo (AID) que dicta y ordena la conducta, en mutuo beneficio, de la Iglesia Católica-Vaticano y sus organismos satélites, así como la OEA, se gastan el lujo de usurpar las funciones de los órganos del Estado dominicano, y anulando sus funciones, se autoproclaman jueces y catadores supremos para juzgar y decir, conforme los estrictos intereses extranjeros que representan, lo que, según ellos, está bien y lo que no está bien en lo que aprecian que es su propiedad privada, la República Dominicana?

La rapaz labor intervencionista de estos señores, los nombrados Hans Hertell, Elena Brinneman, la OEA y la parásita y dañina Iglesia Católica-Vaticano sobre las actividades internas del Estado y la sociedad dominicanos, es tal vez más dañina, o por lo menos de igual gravedad, que la presencia y estacionamiento de las tropas yanquis en el territorio nacional, como ocurre en Barahona, por ejemplo.

Resulta que los grupos dueños de la prensa amarilla, sus órganos y medios escritos, radiales y televisados, que son de los mismos grupos, cínicamente, o sea perrunamente, sí como perros sin dignidad, se gastan, como una hazaña hijo de su propia prostitución y su prosternación lacayuna, el lujo de resaltar en sus primeras páginas: “Directora de la agencia norteamericana AID, Elena Brinneman adelanta que los comicios serán un éxito”, o si no “Embajador Hans Hertell declara que las elecciones están bien organizadas” o “Jefe misión departamento de colonias yanqui, OEA, elogia la organización de los comicios”.

Ese panorama, cuyo centro es la actitud servil e indecente de esos órganos de la prensa amarilla como “Hoy” y “El Nacional” del opusdeista Pepín Corripio; “El Caribe” de un clan en el que también está el Opus Dei católico, así como un grupo -pues son más de dos- de personajes que se les sindica vinculados al narcotráfico y lavado caso Quirino Paulino Castillo; o el “Listín Diario” de la banda mafiosa y estafadora bancaria de los Báez Figueroa, Báez Romano y comparsa, o el llamado “Diario Libre” del gángster desfalcador de Bancrédito y estafador de depositantes y ahorrantes por partidas dobles (tanto en dólares como en pesos) de los Arturo Pellerano Peña y del actual Embajador de este gobierno en Inglaterra, el deleznable Aníbal de Castro, que opera en estrecha e íntima relación con el Opus Dei -piénsese en Adriano Miguel Tejada, la española Aizpún y el siniestro José Miguel Bonetti-, constituye un escándalo por la ejemplar exhibición que dan de la falta de escrúpulo nacional y de una salvaje prostitución de entrega al mejor postor, o sea, al más poderoso.

 

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