Policía Nacional ejecuta joven en Santiago cumpliendo expresas órdenes de los mandos superiores y vicarios Iglesia Católica como parte del Estado de Sitio

 

Para que Leonel Antonio Fernández Reyna no vaya a querer hacer como ha hecho ante la matanza que efectuara Pedro de Jesús Candelier con miles de ejecuciones y fusilamientos durante su primer gobierno del 1996 al 2000, hay que destacar que así como a la Iglesia Católica y a sus parásitos sagrados se les permite efectuar cuantos actos públicos les salgan del fondo más hediondo de sus sotanas, sin que nadie les ponga ningún tipo de reglas, la misma Policía Nacional que no permitió que un grupo de adolescentes montara una llamada Feria Alternativa en un parque de la Zona Colonial en la Capital (so pretexto de no tener la autorización correspondiente), es la que ordena que actuara un escuadrón de la muerte suyo, esto es, de la P.N., y efectivamente, en el mismo Santiago, en el barrio popular de Pekín, ejecutó de la forma más alevosa y despiadada que se pueda alguien imaginar, a un ciudadano acusado de ser ladrón, lo que a juzgar por lo dicho por el Jefe de la P.N. de que ellos son estrictos cumplidores de las ordenanzas que se les dan, parece que dicho fusilamiento fue ordenado por la Jefatura de la P.N. en Santiago cuando menos, y si no por el general De la Cruz y Consuegra, que es el comandante de la P.N. en Santiago, por Benito de la Rosa Carpio y Santana Páez, Jefe superior de la P.N., en conjunto y previo acuerdo. Todos con una extensa y profunda experiencia en la materia.

Resulta que el joven Jhonny Rafael Santos Torres (alias El Bolo), oriundo del barrio La Joya del mismo Santiago, se encontraba en la calle El Sol, en el barrio Pekín. Un confidente, si acaso no se trataba de algo pre-establecido por parte de la P.N., le habría informado a la patrulla que ese joven era un ladrón. La patrulla procedió a su apresamiento sin más para acá ni más para allá. Lo monta en el vehículo de la P.N. y se dirige hacia el Palacio de la institución. Pero a mitad de camino dan vuelta atrás, regresan al Barrio Pekín, apean al joven Santos Torres del vehiculo, lo hacen penetrar a la pensión llamada Rubén, y una vez allí dentro, estando esposado, le descerrajan un tiro en la cabeza, brotándole la masa encefálica y siendo así ejecutado dentro de la pensión para simular que fue muerto mientras robaba.

La patrulla, en el informe, que la P.N. acoge sin mediar investigación ni mucho menos, consignó que el ejecutado atacó la patrulla con un machete al ser atrapado mientras robaba, cosas éstas total y absolutamente inciertas.

El rumbo que obviamente está acentuando en sus perspectivas el Estado de Sitio impuesto por el gobierno pelele, anti-popular y anti-dominicano de Leonel Antonio Fernández Reyna, no es otro que el de una dictadura de extrema derecha, con el condimento de dos ingredientes claves; uno, mucha demagogia, como es común a todos los gobierno fascistas desde Mussolini, Hitler, Franco, Trujillo, Pinochet, Strossner, etc., y otro, un río de sangre por los asesinatos, que es como saben y gustan hacer y propiciar que se haga, la Iglesia Católica-Vaticano y las sectas protestantes.

 

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