PLEPLAS Y SANDECES DEL MAÑOSO LEONEL ANTONIO REYNA Ahora sale con el absurdo embarre de que con el diálogo ha enfrentado y resuelto la crisis que se abate implacable sobre el país y sus masas laboriosas mientras practica la corrupción, el soborno, el chantaje y los crímenes terroristas de Estado 18-06-2009
Pleplas y sandeces es lo que evacua el disoluto y podrido, como retorcidamente mañoso, Leonel Antonio Reyna, cuando expresa, a todas luces cautivado, en su maleable falta de personalidad y definición, por la práctica permanente de la Iglesia Católica-Vaticano y de los jesuitas y opusdeistas (con los que mantiene el más espurio y asqueante maridaje), de que es con el supuesto diálogo que, desde hace más de un año a la fecha, ha venido manejando la situación para resolver la crisis, cuando en realidad es exactamente todo lo contrario lo que, en su desenvolvimiento, ha venido llevando cabo el disoluto y podrido Leonel Antonio Reyna mediante el soborno, el chantaje, la corrupción, el crimen y los asesinatos, como la más truculenta campaña de venta y depredación y entrega de los bienes, riquezas y patrimonio nacionales, o incrementando la deuda interna y externa con préstamos que hacen una hemorragia, con deudas internas que no paga y que ahora incrementa con la emisión desaprensiva de mil millones de dólares en bonos soberanos para robar, robar y corromper, con vistas al festinamiento y asqueroseamiento de las elecciones venideras del 2010. Leonel Antonio Reyna ha puesto particular énfasis en la campaña de asesinatos y del terror estatal, como en los crímenes de Estado, para sobrellevar estos dos últimos años suyos en el ejercicio más abyecto del Poder del Estado, en aras de fines nauseabundos y repugnantes. Adoptando actitudes que lo involucran, junto a su gobierno, hasta en acciones del narcotráfico y sus secuelas, como es el caso de los 1300 kgs de cocaína pura y los 32 millones de dólares, que ni lo uno ni lo otro han aparecido; o bien, saliendo, como coartada, para ordenar la muerte de un ciudadano, preso y condenado en una cárcel del Estado, a manos de sus custodios policiales, con el Jefe Policial cubierto con una coartada similar a la del disoluto y podrido que, cínicamente, llama dialogar a la puesta en práctica de todo un programa de crímenes y terrorismo de Estado, en tanto emplea la crisis para incrementar sus bienes y su patrimonio personal a través de la corrupción. Que se le pregunte al pueblo y a la gente si con las pleplas, mentiras y engaños el disoluto y podrido mañoso les ha resuelto siquiera algo de su crisis de miseria, pobreza y angustia por sentirse desprotegidos en forma absoluta.
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