HUGO TOLENTINO SE ASINSERA COMO UN SEGUIDOR DEL FRANQUISMO CATOLICO FASCISTA A TRAVES SU PROFESOR EL HOMBRE DE LA CIA MANUEL FRAGA IRIBARNE

Demuestra así que nuestro Partido Comunista -PACOREDO- siempre tuvo razón en evidenciarlo como un arribista y hacer de la intriga su elemento como fue aquella de sindicar a todo el que criticara al haitiano Peña Gómez como racista

04-06-2014

 

Hugo Tolentino Dipp es una de las grandes basuras infiltradas en el seno del movimiento democrático y progresista, como dentro del cuestionado movimiento revolucionario y marxista, que han incursionado en el escenario nacional, a partir de la desarticulación, sólo formal, no real, ni verdaderamente, de la dictadura del sátrapa y tirano sanguinario, peón-sirviente, del maridaje espurio del imperialismo norteamericano y de la Iglesia Católica-Vaticano. En el seno de ese movimiento general, el papel de Hugo Tolentino Dipp ha sido, exactamente, el de un agente pagado de los servicios de contrainsurgencia y contrarrevolucionarios, bajo el mando directo de la CIA y la USAID, en estrecha e íntima relación con los servicios secretos de la persecución política interna, como recolectador de informes y datos sobre el susodicho movimiento general; que cabría ser abarcado por los empeños de liberación nacional, de transformaciones revolucionarias democrático-nacionales, de la lucha por la conquista de espacios, como de consolidación de los pocos conquistados; en el que, siguiendo la trayectoria, casi paso a paso, de la incidencia de esta rata inmunda de Hugo Tolentino Dipp, sobre dicho movimiento, sobresale que siempre lo ha hecho favoreciendo las tendencias más inconsecuentes y conservadoras, buscando corromper y desmoralizar las corrientes, movimientos y tendencias preocupados en establecer vínculos con las masas populares y las preocupaciones nacionales, a favor de la soberanía y la independencia, de la democracia y la libertad, como de las riquezas nacionales y la mejoría de las condiciones de trabajo y existencia del pueblo y la nación.

Ante tales asuntos, intrínseca y umbilicalmente vinculados a la plataforma nacional y popular revolucionaria, no es nada casual que la opinión a favor de ellos, de parte de Hugo Tolentino Dipp, se caracterizan o por ser tan escasas y raras como muelas de gallo; y las que, excepcionalmente se pueden encontrar, tienen como su rasgo más sobresaliente el estar envueltas y empantanadas, a la vez, en un lodo macilento de contradicciones, de índole ambivalente, que terminan promoviendo la suspicacia y la aprehensión o duda, que conllevan una carga concentrada del veneno de la desmoralización.

Por igual, con todos los que se relaciona, están de lleno en el campo de los enemigos jurados del pueblo y del país, o tienen en dicho campo, en materia política e ideológica, un pie y la mitad del otro, si no es que tienen un pie, la cabeza y el cuerpo del lado de la reacción y sus lacayos, faltándoles apenas  el otro pie.

Mentiroso, aguajero, fanfarrón y fantoche, que gusta de presumir y hacer ostentación, aspectos éstos que, en forma condescendiente, y desde su actitud de discreción y respeto de la opinión y la libertad del otro, su fallecido hermano, el distinguido médico neurólogo Mario Tolentino Dipp, cuya figura, como su comportamiento, eran contrapuestos, como antípodas, con los de la rata hermano suyo, Hugo Tolentino Dipp, nos quiso hacer entender, que el problema clave de éste, es su profundo complejo de inferioridad, tanto por su figura, con tamaño casi de enano, regordete, de ojos saltones como haitiano; y además, él, que sacó todos los rasgos haitianos, incluido el color de la piel, de su padre y su abuelo Tolentoin, que se castellanizó, al fin y al cabo, como Tolentino.

Es este complejo, por negro, que lo hace erigirse en el creador de la absurdas y peregrina idea chantaje, de que, cuando se dice haitiano, se está practicando una discriminación racial contra el negro. Así, cuando se rechaza a Peña Gómez por haitiano y anti-dominicano, Hugo Tolentino Dipp convirtió en teoría que era por negro y no por haitiano y su haitianidad, que, ciertamente, aborrecemos.

Claro que el Dr. Mario Tolentino Dipp, que nunca hizo ostentación ni simulación de comunista ni de marxista, como de ninguna militancia política de carácter revolucionario, no llegaba a entender, con la profundidad científica con que entendía la relación del sistema cerebral y nervioso de la persona, con el funcionamiento del complejo de sistemas biológicos, que es, desde la estrecha óptica médica, el ser humano, la cuestión de las relaciones teóricas e ideológicas como políticas, con el papel del individuo en la sociedad.

Extrañamente, Hugo Tolentino Dipp, que regresó de Francia para el año 1962, justamente lo que fue motivo de las demandas y movilizaciones de los sectores democráticos, profesionales, estudiantiles; estos últimos se movilizaron repetidas veces para que se permitiese el regreso de los exiliados antitrujillistas, a los que se les tenía prohibido su ingreso al país, por ser sindicados de “comunistas” o tener ideas revolucionarias, lo que, evidentemente, era una prueba de que seguían prevaleciendo el imperialismo norteamericano y el cavernario reaccionarismo anticomunista antediluviano de la parasitaria Iglesia Católica-Vaticano, con el que nutrieron y apoyaron la nefasta dictadura o satrapía del Caribe, que encabezaba el peón de los yanquis y la Iglesia Católica-Vaticano, Rafael Leonidas Trujillo Molina, desde el 1930.

Todo eso le dio un impulso de simpatías por el marxismo, junto al hecho de que la Revolución Cubana del 26 de Julio y de Fidel Castro, del 1ro. de enero del 1959 ya se había declarado, por meras conveniencias de lugar y sin mediar ninguna convicción ideológica, teórica y doctrinariamente consciente, como revolución socialista; y Fidel Castro, que se conocía de su profunda animadversión, igual que del Ché Guevara y el resto del 26 de Julio, casi en su totalidad, contra el marxismo en general, y contra los comunistas en particular, lo que sólo toleran por las circunstancias, cabe recordar que Fidel Castro le había confesado a Lleras, que fuera diplomático colombiano en Cuba, que Benito Mussolini, el Duce del fascismo y los camisas negras italianos, era el líder de su idolatría.

Así, Hugo Tolentino Dipp, que había regresado de Francia, mientras, por un lado, hacía ostentación, ya diciendo, ya insinuando, su paso por La Sorbona, por el otro se decía profundo conocedor y de fuerte adhesión, a consecuencia de sus estudios, por la doctrina marxista-leninista.

Indudablemente que, el hablar mentira y decir cosas de acuerdo para donde soplen los vientos, es parte del mundo abigarrado, y oportunista ideológicamente, de Hugo Tolentino Dipp, puesto que sólo los ignorantes supinos ignoraban que La Sorbona es una universidad católica de Francia, y que es una de las más antiguas universidades de Europa, pero católica, anticomunista, oscurantista, reaccionaria, supersticiosa y aboga por la eternidad de la explotación y la opresión del hombre por el hombre; esto es, en nuestro caso, del régimen capitalista imperialista como colonialista.

No obstante, Hugo Tolentino Dipp, en sus pocas producciones intelectuales, de lo que es bastante estéril, produjo una conferencia para darse a conocer, en el Paraninfo de la ya UASD, titulada “Vicisitudes Históricas de la Nación Dominicana”, que luego imprimió y con la que concursó, obteniendo una premiación por una institución reaccionaria y anacrónica. Y no es para menos, ya que la conferencia es un manojo de reaccionarismo matizado por el clericalismo y el jesuitismo, lo que queda de manifiesto en las expresiones despectivas y peyorativas contra el positivismo, que culminó creando, como escuela, Augusto Comte, para mediados del siglo XIX, casi junto con la aparición de la doctrina marxista, o del socialismo científico, de Marx y Engels, así como de la aparición del Manifiesto Comunista.

Pero del positivismo, sus precedentes y prolegómenos, en sus aspectos menos dignos, se encuentran en Enmanuel Kant, al que, por ello, los maestros del socialismo científico, Marx y Engels, lo denominan materialismo vergonzante, y que no es otra cosa que el agnosticismo, que deja las puertas abiertas de par en par para que se trate de pasar de contrabando la falacia de la idea de dios y otras estupideces. De las cosas se pueden conocer sus manifestaciones en los fenómenos en que están envueltos, pero su esencia es incognocible, dice el agnosticismo, y materialismo vergonzante, de Enmanuel Kant.

¿Cuál es la marrullería oportunista de Hugo Tolentino Dipp, con su crítica al positivismo en su concurrencia a la formación de las naciones y las nacionalidades latinoamericanas, y, en particular, de la República Dominicana, con Andrés López de Medrano, por ejemplo? Es que la Iglesia Católica-Vaticano y el cristianismo, a pesar de todas las inconsecuencias del positivismo, jamás le ha perdonado sus pecados respecto a, relativamente, abogar por lo de la ciencia por la ciencia. Verbigracia Eugenio María de Hostos y Américo Lugo en la República Dominicana.

En tanto, el marxismo consecuente y revolucionario, y los marxista-leninistas, criticaron las veleidades anti-comunistas y anti-socialistas del positivismo, que busca con ello congraciarse con la reacción coronada y ensotanada, como con el absolutismo despótico y autocrático. ¿No es, por ejemplo, el jefe de la capilla positivista que sustenta, con lo de la dictadura de los científicos, al déspota y tirano Porfirio Díaz en México, el que le escribe, por lo menos el prólogo, de lo que José Almoina le escribiera, a título de “Meditaciones Morales”, a la amoral mujer del dictador y tirano, Rafael Leonidas Trujillo Molina?

Es indudable que Hugo Tolentino Dipp es el arquetipo del arribista y oportunista, sin escrúpulos y sin ningún tipo de principios. Por ello, siempre ha buscado estar con dios y con el diablo; pero nunca asume una posición vertical, a menos que no entienda que todo repercutirá a favor de su enorme fardo de miserias humanas que, desde joven, le hacen una joroba en su espalda, de lo tanto que pesan esas miserias y mezquindades, que saturan su alma de pordiosero y rastrero sin principios.

Que conste, para que no se quiera ir por la tangente. Reivindicamos que el positivismo, aún y cuando en la Europa liberal del siglo XIX era allí, como decía justamente Marx en carta a Engels “una carroña”, sus veleidades traídas aquí, al seno de la barbarie del mundo colonial esclavista, tienen un relativo contenido progresivo, por lo que es obligado, y así necesario, diferenciar. Que es lo que no hizo Hugo Tolentino Dipp en el 1962.

No obstante, queriendo dárselas  de supuesto marxista vergonzante o “socialista” clandestino, común con el 14 de Junio de Manolo Tavárez Justo y su equipo trágico-patético, sus pronunciamientos y puntos de vista están caracterizados por la ausencia total de puntos de vista, del método, el estilo y las referencias a la concepción del materialismo dialéctico e histórico. ¡Qué tremenda casualidad!

Ahora, por primera vez, revela, según consta en la tercera parte de las tres en que Angela Peña divide su entrevista en “Areíto”, que es un apéndice del órgano pro-haitiano, opusdeista, franquista y monárquico “Hoy”, del traquetero, contrabandista, clerical católico vaticanista, evasor de impuestos y negrero español, Pepín Corripio, Hugo Tolentino Dipp, para disipar todas las incertidumbres, dudas y suspicacias, se ha asincerado, por lo menos en este punto que a continuación subrayamos: Mis convicciones, ideales e identificación, aunque leía marxismo, no estaban con éste, sino con las concepciones de mi profesor Manuel Fraga Iribarne. Que dicho así, a los ojos de los desprevenidos y desentendidos, podría ser algo así como un traidor de la talla de Felipe González, o de un socialista masón y tolerante con el comunismo como Salvador Allende de Chile; o de uno de esos tunantes, como el Maburro Maduro del chavismo venezolano; pero nada de eso. Manuel Fraga Iribarne es, nada menos y nada más que el hombre clave de la Agencia Central de Inteligencia y del imperialismo norteamericano dentro del régimen fascista-falangista, nacional católico, del carnicero Francisco Franco, el único del eje nazi-fascista de la Segunda Guerra Mundial que los EU se empeñaron en mantener en el Poder, en contra de la democracia y sobre un mar de cadáveres y ríos que desembocaron en este mar de sangre, infamias, ignominias y despojos.

Manuel Fraga Iribarne fue de los que creó el Partido Popular que restableció la monarquía en España, del zoquete cabrón y zángano Juan Carlos, que acaba de renunciar; mientras aún el pueblo español reclama a gritos y protesta la República; el mismo de José María Aznar, el que, junto con el Hitler George W. Bush (hijo), hicieron la carnicería en Irak de más de 3 millones de personas, estrechamente cogidos de la mano del mussolinista Tony Blair de Inglaterra.

Como, por igual, es el mismo partido ultraderechista y clerical que mantiene en pie la dictadura parasitaria teocrática de la Iglesia Católica-Vaticano en España, oponiéndose al Estado laico, a la sociedad laica y a la educación laica.

Aún cuando la rata oportunista inmunda, Hugo Tolentino Dipp, haya hecho su preciosísima confesión, en medio de un mar o río desbordado de mentiras, tergiversaciones, verdades a medias y medias verdades; podemos afirmar que, frente a semejante sabandija, siempre hemos tenido la razón; y, por ello, hemos de hacer ofrenda, en reconocimiento, de Marx, Engels, Lenin, Stalin y Mao Tse Tung, por la doctrina científicamente exacta, que le han dado al proletariado y a los trabajadores, a los comunistas y a los luchadores consecuentes contra la explotación y la opresión, como contra el oscurantismo, las supersticiones y el oportunismo y el revisionismo; esta doctrina, como enseñara Mao Tse Tung, es un telescopio y microscopio a la vez, de una potencia, alcance y penetración inigualable, y así de insustituible. Gracias por dotarnos de un arma superior a todas las bombas termonucleares de los arsenales destructivos de la humanidad.

 

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