LA JUDICATURA DESDE JUECES Y MINISTERIO PUBLICO HASTA LAS ALTAS CORTES ESTA AL SERVICIO DE LA POLITICA DEL TERRORISMO DE ESTADO

Ahí está el caso escandaloso de la responsabilidad directa del Jefe Policial, el Ministro de Defensa, con credenciales de torturadores, y del mismo incumbente del Poder Ejecutivo, el Dañino Medina, en el fusilamiento sumario de dos ciudadanos a los que acusaban de ser los asesinos de la teniente de Amet de apellido Torres

02-06-2014

 

No habiendo mediado ninguna voz de instancias gubernamentales, llamando a capítulo a los cancerberos carniceros de la Jefatura de la Policía Nacional, como del Ministerio de las Fuerzas Armadas, que, ante el desarme y muerte de una oficial de Amet en la entrada de Villa Mella, vociferaron, como verdaderos cabecillas de bandas criminales, sin importarles un carajo que son funcionarios militares y policiales, que iban a asesinar a los autores. Y como tal, en menos de 48 horas, los sindicados como autores materiales del asesinato de la oficial de Amet fueron acribillados a balazos, en medio de ejecuciones sumarias, a cargo de sendos escuadrones de la muerte de la Policía Nacional; como desde que Leonel Antonio Reyna, alias Leonel Fernández, el 31 de octubre, amanecer 1ro. de noviembre del 1996, decretara, en un aciago discurso, que impondría la paz de los cementerios y repoblaría las calles del país de cadáveres de ciudadanos acusados, sin haber sido juzgados por la justicia civil, de cometer actos delictivos, sin importar si aquí había o no la pena de muerte. Y lo que es peor aún, Leonel Antonio Reyna, como un poseso por los efectos de drogas alucinógenas, de las que se sabe es adicto; pues no es otra cosa que un consumado y reconocido narcómano, desde su vida de adolescencia en el Bronx newyorkino; aduciendo, en su discurso de marras, con apenas 76 días de haber subido al Poder por primera vez, en el 1996, en una tácita exaltación a la dictadura criminal y asesina de Trujillo; de la que su padre, por lo menos jurídico, el cabo, chofer de los corruptos y viciosos, coronel León Estévez y la prostituta Mesalina, Angelita Trujillo, fuera uno de los más encarnizados esbirros, torturadores y asesinos, de la cárcel del kilómetro 9 de la carretera de San Isidro. Decía Leonel Antonio Reyna, con todo el sarcasmo cínico, o sea, propio de perros, que ahora, en el 1996, los dominicanos vivíamos como chivos sin ley desde hacía más de 30 años; o sea, desde que mataron a su ilustre jefe, el tirano sanguinario y depravado Rafael Leonidas Trujillo Molina; y que, con la ayuda de la criminal y despótica Iglesia Católica-Vaticano y de su alias Cardenal, Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez, iba a meter en cintura esa forma de vida como chivos sin ley, recurriendo al crimen sin miramientos.

Discutiendo con balagueristas y pálidos pelegatos boschistas, como ex-ministros íntimos de Leonel Antonio Reyna, nos alegaban, que eso se debió a una situación de desesperación, y por querer imitar la actuación asesina del entonces Alcalde de Nueva York, Rudolph Guilliani.

No obstante, tanto el abogado balaguerista, como tampoco el ex funcionario de los gobiernos de Leonel Antonio Reyna, que es su cliente y amigo personal, han podido ofrecer explicaciones, razonables ni lógicas algunas, de que el carnaval de ejecuciones y la vorágine de sangre desatada por Leonel Antonio Reyna y sus crápulas pálidos pelegatos boschistas; no hayan podido ni querido intentar siquiera dar una explicación de, por qué, 18 años después, aún continúa operándose la política del terrorismo de Estado, según la cual nada importan las leyes ni la Constitución; como tampoco lo han hecho los miembros de la Judicatura del régimen pálido pelegato boschista, cuyos cabecillas jurídicos y en el Ministerio Público, como por igual desde las altas cortes judiciales, siguen el mismo patrón de conducta, que va, de la complicidad a la directa participación en la implementación de la pena de muerte y las ejecuciones, sin calidad jurídica legal ni de legitimidad, y mucho menos aval constitucional.

Pero, por sobre todo, se destaca, que el actual Presidente, el hipócrita, inepto, pusilánime y abyecto como mediocre, ladrón y asesino, el cretino Dañino Medina o Gángster Murmullo, como pálido pelegato boschista, no dice ni esta boca es mía, ni se da por enterado; lo que es, de hecho, una prueba irrefutable, y así de contundente, de que el Gángster Murmullo Dañino Medina, es tal cual el mismo perdulario y paranarco terrorista, corrupto, asesino, ladrón, narcotraficante y lavador, Leonel Antonio Reyna, alias Leonel Fernández; porque son cepa y cepillo del mismo árbol venenoso, que es Juan Emilio Bosch Gaviño.

A sabiendas de que los chacales cruzados con hienas, que ostentan los puestos de la Jefatura Policíal y del Ministerio de Defensa, Manuel Elpidio Castro Castillo, por la Policía Nacional, y Sigfrido Pared Pérez por las Fuerzas Armadas, estaban, de hecho, en franca desobediencia civil, legal, legítima y constitucional; el rufián hipócrita, y traidor al país y al pueblo, el Dañino Medina, el Gángster Murmullo, guardó, cobarde y pusilánime silencio; como tampoco llamó a las instancias jurídicas, bajo sus órdenes y jurisdicción, como a las instancias congresionales correspondientes, de los distintos corrup-partidos del sistema, a que llamaran al orden y al respeto del orden legal y jurídico constitucional prevaleciente.

Sobre todo, cuando es conocido que, desde el prostíbulo en que ha devenido el Senado pálido pelegato boschista-balaguerista, han confesado ser partidarios, de manera soez y grotesca, de la política terrorista de Estado, del para-policialismo y el para-militarismo; como son varios casos muy conocidos y de lo que es, prácticamente, el corrupto y bisexual Reynaldo Pared Pérez, que comparte aberraciones con su hermano y un hijo suyo, que, además, tiene la de distribuir estupefacientes de todos los tipos entre los hijos de los diplomáticos centroamericanos, como de organizar orgías homosexuales y lésbicas; por lo que, en cualquier día de éstos no será extraño encontrarlo involucrado en un crimen-asesinato, como el del mozuelo Rafael Llenas Aybar, perpetrado y amparado en la impunidad diplomática argentina, por los esposos Palma, cuyo marido fue el organizador y autor físico-intelectual de aquel horroroso crimen de pedofilia, drogas y homosexualidad.

Es bueno que se conozca, que detrás de la figurita amanerada y casi femenina del incumbente de las Fuerzas Armadas, hay un sadomasoquista a lo Marqués de Sade, y de un sociópata; siendo este último rasgo común al Jefe de la Policía Nacional, que es un reconocido y afamado torturador de presos e investigados, como de poseer fuertes vínculos y compromisos con los juegos de azar-banca, así como con el narcotráfico interno en el país.

Hay, de esos interrogados, por el hoy flamante Jefe de la Policía Nacional, que nos han relatado que ellos prefieren hasta un sádico criminal, asesino patológico, como Rafael Guillermo Guzmán Fermín, el émulo del criminal Mendele, como del ángel blanco argentino Atiz, condenado a cerca de 1,000 años de prisión en España, por su condición de criminal de lesa humanidad. Relatan que su método preferido de interrogatorio que aplica, consiste en colgar al preso desnudo de los brazos y amarrarle, desde la cintura, en la parte delantera de la entrepierna, y atada a los testículos del reo, una lata vacía de pintura, en la que gotea una llave en forma intermitente, pero a la vez continua; esa gota, a medida que transcurre media hora, incrementa el peso de la lata que recibe el goteo del agua, y pasado el tiempo prudente, va jalando y jalando la bolsa del reo hasta llevarla al punto del desprendimiento; lo que provoca el más terrible e insoportable dolor; en tanto, el hoy Jefe policial se solaza viendo a su víctima con los ojos desorbitados implorando piedad, y que lo maten, antes que seguir soportando tan brutal suplicio. Ese y no otro es el actual incumbente de la Policía Nacional; y ese es su respeto por los derechos humanos.

Ahora, que ya tanto éste, como el Marqués de Sade de la Jefatura de las FF.AA., Sigfrido Pared Pérez, han dado muerte, de manera desafiante y arrogante, a través de sus esbirros policiales, fusilando a los dos jóvenes acusados por la Policía Nacional de dar muerte a la teniente de Amet; quedando flotando en el ambiente aprehensión, dudas, suspicacias y sospechas. Cualquiera se inclina por creer que, por la precipitación y atolondramiento con que se les dio muerte a los dos jóvenes sospechosos (puesto que ninguna investigación competente de la Justicia y del Ministerio Público, como ningún tribunal dictaminó, estableciendo su responsabilidad criminal, de hecho nadie puede decir que eran en verdad culpables), hace que se crea que hubo fuerzas ocultas, de la Policía Nacional y las FF.AA. que ordenaron el asesinato de la misma teniente de Amet.

Ya se empieza a admitir que el terrorismo de Estado es una realidad, y ha dejado de ser una posibilidad o una conjetura. Y se está admitiendo todo lo que, desde el 1996 venimos reiterando; y es que, los más de 70 mil ciudadanos ejecutados por los escuadrones de la muerte de la Policía Nacional, son un monstruoso crimen de lesa humanidad. Siendo cada vez más urgente y necesario parar en seco el terrorismo de Estado, decretado por Leonel Antonio Reyna en el 1996, continuado por el Perrodé del hijo de la gran puta Rafael Hipólito Mejía, y prolongado, hasta el día de hoy, en los gobiernos del paranarco terrorista criminal Leonel Antonio Reyna, alias Leonel Fernández; y, claro está, que sigue siendo aplicado por el pusilánime, cobarde y traidor, corrupto como ladrón y asesino, el Dañino Medina Gángster Murmullo.

 

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