NICOLAS MABURRO MADURO NO PUEDE SER INTERMEDIARIO EN EL CONFLICTO DOMINICO-HAITIANO

Está totalmente parcializado a favor de los haitianos y busca con los sobornos y chantajes de Petrocaribe la destrucción de la nación dominicana y su conversión en un narco-Estado al servicio de su burguesía burocrática-militarizada venezolana

02-01-2014

 

Las depravadas insolentes palabras del Pedro Navaja, Nicolás Maduro o Maburro, convertido en Presidente por las hordas bestializadas del chavismo y exponente de la burguesía burocrática-militarizada, como amasijo pestilente de cuántas podredumbre de toda índole, corren por los albañales y cauces de las aguas negras de la sociedad venezolana para ser almacenadas en el llamado PSUV -la organización del neo-musolinismo chavista-, son un prototipo único e insustituible de cómo, cuando se carece por completo de principios, así como de un concepción científica, y se erigen en doctrina las bajas pasiones y los instintos bastardos, los que Hugo Chávez exacerbó hasta más allá de lo posible, como ideólogo y representante de la burguesía burocrático-militarizada que, envuelta en una confrontación a muerte con la burguesía comercial entronizada en la hegemonía absoluta de la nación venezolana, a la que destruía y aplastaba sin miramientos ni contemplaciones, mucho menos escrúpulos ni tampoco pudor; en su acorralamiento, apeló al viejo recurso de, dados sus intentos de lumpen militar, cebado en las represiones y los crímenes de los programas de contrainsurgencia y terrorismo de Estado, contra la población y la nación venezolana, desde el 1971, fecha de su incorporación a las Fuerzas Armadas Venezolanas; de la demagogia, cuyos libretos abundan en la historia del nacional-socialismo musolinista, en el que concurre todo el acervo experimental de las prácticas del repugnante bonapartismo francés y del bismarquismo prusiano y que, a la vez, se renueva con las prácticas cuartelarias y politiqueras, y criminales demagógicas, de los Juan Vicente Gómez, Cipriano Castro, Medina Angarita, Pérez Jiménez y otros de la historia de Venezuela, como de Juan Domingo Perón en Argentina, Getulio Vargas del Brasil y, para darse un tinte de rojo, ahí tenía a manos a esa prostitución ancestral del alma y de la historia gloriosa de lucha del socialismo, que es esa aberración llamada castro-guevarismo, que personifican el canalla y archi-traidor al socialismo, y arquetipo del más vil mercenarismo, que es Fidel Castro, en conjunto con el maricón, su hermano Raúl Castro.

De esos torrentes de aguas negras y fétidas, surge este lodo que es el chavismo, con sueños hegemónicos, como los que amasó el mantuano que, como bien lo define Marx, en su insustituible estudio de tan funesto sujeto, Simón Bolívar, entra a la historia entregando al precursor de la independencia y cultor de la nación venezolana, como de los distintos países latinoamericanos y del Caribe, Miranda, a manos de sus verdugos de España.

Así, Chávez, respaldado por una claque militarista, cebada en la sangre, el crimen, el robo, el contrabando y el narcotráfico, y de la cual el mismo Hugo Chávez fue parte activa todo el tiempo, terminó erigido en cabecilla-bandolero de la burguesía burocrático-militar venezolana, que hace causa común hasta con monarquías tribales del mundo árabe que coquetean con la burguesía burocrático-militarizada, que es el caso particular de Venezuela. Y, al morir, dando el deprimente como patético y repulsivo espectáculo de fanático supersticioso y oscurantista -lo que es total y absolutamente inadmisible en cualquier tipo de revolucionario-, como todo déspota de sueños imperiales, que tan bien conocemos los dominicanos, por las tradiciones del absolutismo despótico y tribal imperial que forman totalmente la historia de Haití, de los haitianos y de todo ese econicho de atraso y rechazo a la cultura y a la civilización.

Así fue que dejó, como su genuino y auténtico continuador y heredero, al cerdo y lumpen del bajo mundo de la prostitución y del traqueteo, que es Nicolás Maburro; que se ha hecho famoso por cuanto su brutalidad y falta de cultura llegan hasta el punto del desconocimiento absoluto de la historia nacional de los países de América Latina y El Caribe, y que llega al extremo de presentar la bandera de la colonia norteamericana de Puerto Rico, como la enseña cubana.

Hugo Chávez Frías dio inicio al capcioso programa de Petrocaribe, con el que demostró su condición de cerdo, que le llevó a creer que con sobornos, chantajes y extorsión se podían doblegar los principios de las convicciones de la gente, como la soberanía y la dignidad nacional de las naciones, y comprar la autodeterminación de los pueblos.

Hugo Chávez y los chavistas, como por igual Pedro Navaja Maburro, alias Nicolás Maduro, siguen interviniendo, en colusión con el imperialismo norteamericano y la pandilla de Bill Clinton y el lumpen farandulero Sean Penn, a Haití, y haciendo negocios demagógicos con la tragedia de los haitianos y las aberraciones de los haitianos.

Siguiendo un cálculo errado, Nicolás Maduro, igual que su protector, el paranoico y esquizofrénico, de un individualismo patológico, al estilo Adolfo Hitler, arribaron a la equivocada conclusión de que podrían llegar a destruir la nación dominicana y al Estado de la República Dominicana por vía del soborno y el chantaje de su programa Petrocaribe; lo que, al mismo tiempo, ha venido siendo incentivado por los mercenarios traidores de Cuba y la camarilla contrarrevolucionaria de Fidel Castro y Raúl Castro.

Han fomentado, los venezolanos chavistas, cogidos de las manos de los cubanos, de la recalcitrante y parásita ancestral Iglesia Católica-Vaticano, como marchando a la par con los países imperialistas y recolonizadores de EE.UU. y de la Unión Europea, la masiva invasión de haitianos hacia la República Dominicana, para cocinar la estrategia de ahogamiento de nuestra patria, la República Dominicana, mediante lo que denominan los haitianos como su programa de invasión pacífica desde el año del 1870, apenas 5 ó 6 años después del triunfo de la Guerra de Restauración de la República Dominicana contra la recolonización de España de la patria dominicana, bajo el nombre de la anexión, efectuada por un golpe de traidores, encabezados por Santana y por la Iglesia Católica-Vaticano, entonces en el Papado del funesto alias Pío IX, bajo cuyo imperio colapsó su reino de los Estados Pontificios en el 1870, dando paso al surgimiento de la República de Italia.

Es a dicha estrategia, de socavamiento de la nación dominicana por los haitianos, a lo que se refirió hace poco el cónsul haitiano Edwin Paraison, Presidente de la fachada colonialista Fundación Zile, cuando, con amargura, se quejaba de que, con la acertada sentencia 168/13 por parte del Tribunal Constitucional dominicano, que es el máximo órgano del Poder Judicial de la República, y cuyas sentencias son inapelables, irreversibles e irrevisables, expresó que, con dicha sentencia, se le venían abajo sus planes, ya programados y en plena ejecución, de dominio y fusión sobre la República Dominicana, puesto que sus estudiantes, enviados a las universidades dominicanas, no pasarán a ser dominicanos, y con esto les fracasan sus planes de unir a la masa de haitianos ilegales enviados, y plantados sistemáticamente en el territorio nacional dominicano de manera ilegal, que forman el otro Haití de la emigración, con su patria de origen, que es Haití.

Y Paraison agregaba que, en caso de no lograr que la sentencia sea derogada, los haitianos y nuestros aliados, tendríamos que idearnos formas más agresivas de presión a través de los mecanismos internacionales, y para lo cual la diáspora haitiana de fuera de Haití debe declararse en sesión permanente.

Las insolentes como destempladas palabras del Pedro Navaja o personero del mundo de la prostitución, que hace de Presidente de la burguesía burocrática-militarizada de Venezuela, a nombre del chavismo expansionista e injerencista en los asuntos internos de otros países, de que, quien actúa contra sus hermanos haitianos está actuando contra el pueblo venezolano, significan que esa claque de aventureros en el Poder de Venezuela conjetura que la República Dominicana no tiene derecho de constituir su Estado ni su República libre, soberana e independiente, en base al principio de la autodeterminación; por lo que la República Dominicana estaba obligada y tenía que hacerse la chiva loca, ante el asunto eventual de los haitianos sobre la República Dominicana, y tener los dominicanos que quedarnos con los brazos cruzados.

Los venezolanos intervinieron, formando parte de las fuerzas invasoras que, bajo el mando del imperialismo norteamericano y su Presidente, Lyndon B. Johnson, nos invadieron en el 1965, causando crímenes atroces y monstruosos, como impidiendo que los dominicanos ejercieran y decidieran su propia suerte, en base a su soberana y libre autodeterminación.

Esos bribones y charlatanes, burgueses burocratizados y militarizados chavistas venezolanos, nunca se han atrevido a pedir excusas y prometer no volver a hacerlo jamás, por su intervención y crímenes perpetrados contra la República Dominicana en el 1965. Y desde que el fantoche Hugo Chávez asumió el Poder, sus hordas de crápulas desalmadas vienen llevando a cabo agresiones de toda índole contra República Dominicana; negándonos hasta lo que hemos sabido conquistar en el escenario de la historia, mientras Venezuela desempeñaba es esos momentos papeles ominosos y vergonzosos.

Desde sus medios de propaganda niegan y ocultan las agresiones del imperialismo norteamericano y sus intervenciones sobre el país, como la del 1916 y la del 1965; y por igual, le quieren regatear la iniciativa de lucha y denuncia contra el neoliberalismo que distingue a la República Dominicana. Es común y corriente oír a las cotorras nacional-fascistas venezolanas y su fantoche gobierno facineroso, hablar de que el Caracazo, que ocurrió en el 1989, fue la primera protesta o levantamiento popular contra el neoliberalismo, pretendiendo desconocer, que el 24 de abril del 1984, o sea, 5 años antes que los venezolanos, el pueblo dominicano se levantó y sufrió en carne propia, y al costo de varios centenares de asesinados y miles de heridos y encarcelados, contra las medidas de corte neoliberal y de privatización que dispuso el gobierno del Perrodé-Salvador Jorge Blanco, bajo los auspicios de ese archi-traidor y pro-haitiano Bernardo Vega, lo que le costó el cargo de Gobernador del Banco Central de la República, como se debe recordar y es harto fácil comprobar.

Si el Pedro Navaja Maburro, Presidente de pacotilla de Venezuela, se quiere tomar la demanda, por haber hecho el Tribunal Constitucional de la República, con el respaldo y reflejando el sentir en más de un 90% de los dominicanos, que los haitianos no son dominicanos, y que todos los haitianos ilegales son intrusos e indeseados en la República Dominicana; pues bien, que se tome la demanda, y comprobará que, muy contrariamente a como piensa, la soberanía nacional ni la autodeterminación se compran con dinero, ni responden al chantaje, al soborno ni a la intimidación.

Pero esto hace que los dominicanos rechacemos, que Maburro, el fantoche Presidente chavista de Venezuela, haga de intermediario de las diferencias entre nosotros, los dominicanos, y los ancestrales agresores a la nación y el pueblo dominicano, que vienen a ser los haitianos.

No es cierto ni puede ser admisible, que un vulgar vicioso y vil mercenario, llamado Miguel Mejía (La Tercia), que es tan crápula y tan baboso como Maburro, Presidente chavista, establezca que éste último pueda ser un intermediario en las discusiones de los dominicanos con los haitianos, puesto que es parte del problema y de la agresión como intervención de los haitianos contra República Dominicana.

Miguel Mejía, que es un alcohólico y mercenario degenerado, sólo por su falta conocida de todos de dignidad y honradez, puede salir con la desfachatez del mundo, a decir que Maburro defenderá los intereses nacionales dominicanos contra las amenazas y groseras acciones intervencionistas haitianas en el territorio nacional, con lo que buscan cambiar la naturaleza de los dominicanos y de la nación dominicana.

El degenerado vicioso alcohólico pitrinchero, que desde adolescente es llamado por adicción “La Tercia”, ha pretendido pasar de contrabando el cuento chino de esos que, desde que los inventaron nadie queda, que a su jefe y capo, Pedro Navaja Maburro, fantoche y payaso Presidente venezolano, le tergiversaron y le sacaron de contexto sus palabras; lo que corrobora que son palabras de un baboso mercenario e irresponsable, como lo son, tanto el oportunista y trepador como arribista “La Tercia” Miguel Mejía, como el mismo Nicolás, el Maburro chavista; puesto que ese bajo y conocido alegato es una coartada a que recurren esos rufianes y delincuentes cuando son atrapados con las manos en la masa, esto es, de manera in fraganti.

La parcialización de Maburro, igual que de la Primera Ministro del centro de holgazanería, que es el llamado Trinidad y Tobago, de que el gobierno de Danilo Medina imponga el desconocimiento y la invalidación de la sentencia del más alto Tribunal del Poder Judicial dominicano, descalifican, tanto al Maburro como a la payasa Primera Ministro de Trinidad y Tobago, al igual que al vicioso y adicto Miguel Mejía, un vago y vividor de la peor ralea, que nada sorprende encontrarlo convertido en un mercenario y traidor.

 

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