LA CAMPAÑA DEL TERRORISMO DE ESTADO SE INTENSIFICA COMO TRAMA PARA OCULTAR EL DESBORDE DE LA CORRUPCION Y LA ILEGITIMIDAD DEL GOBIERNO DEL DAÑINO MEDINA

Un papel estelar en la orquestación de la actual escalada represiva lo juega el sistema mediático de la prensa amarilla al servicio de la reacción, el imperialismo y la Iglesia Católica con sus opusdeístas jesuitas

13-06-2016

 

La campaña estridente sobre lo que se pinta como una ola creciente de delincuencia que desborda todos los límites y rompe todas las expectativas; ola delictiva que se potencializa propagandísticamente por la actividad, de indudable corte mediático, de parte de los órganos de prensa, y en especial de las letrinas “Hoy”, “El Nacional”, “Listín Diario” y “El Caribe”, junto con los medios de radio y televisión, que se destacan por la concentración y centralización de su propiedad privada en manos de grupos y familias de oprobiosa naturaleza oligárquica, y su acentuado carácter de indisoluble vinculación a la Iglesia Católica-Vaticano y sus corporaciones financieras mafiosas, Opus Dei, Legionarios de Cristo, Orden de Malta, y sus múltiples ramales y organizaciones efectivamente delictivas sagradas de beneficencia y filantropía.

Y dicha siniestra campaña, ahora más que antes, y no es que antes el rasgo indeleble que vamos a señalar a continuación estaba ausente, sino que en cierta medida mucho más encubierto; y se trata de que son los detentadores fraudulentos y por medios flagrantemente transgresores de todas las normas morales y los principios éticos desde el Poder del Estado y su gobierno, lo que le da un inexorable como inaudito e inocultable rostro y fisonomía de cuerpo entero, de pies a cabeza, precisamente de delincuentes, con todas las letras en mayúscula; específicamente de asaltantes del Poder por medios ilegítimos y de una muy cuestionable legalidad; valores de legitimidad y legalidad ante los que resultan reprobados si se tratara de una prueba de examen académico, ético y moral como social. Empezando, desde arriba para abajo, en la persona del incumbente de la presente administración, que se ha reafirmado, por medio de la más olímpica farsa electoral y la ciclónica, con carácter de maremoto, prostitución de los sufragios electorales y universales y la depravación más descomunal; llenando de lodo, pus, sangre y todo tipo de ignominia a la democracia; comprobando así que Juan Emilio Bosch Gaviño, el espía pagado de la CIA y agente político a sueldo y, por lo tanto, mercenario del imperialismo yanqui y sus gobiernos, a través de desempeñar el más rastrero y vulgar papel de chivato, espía, esbirro, provocador, lleva y trae, como corchete del Departamento de Estado yanqui, jamás, en su congénita naturaleza de recalcitrante anti-marxista y anti-leninista y, por lo tanto, consagrado anti-comunista, lo que constituyó exactamente, como su marca indeleble de la infamia, la que, para fines de ilustración, guarda la más estrecha identidad con la de la mitología de las infames leyendas bíblicas, con que el inventado dios del impostor Moisés, el tal Jehová, Jahvé, Elí, habría marcado en la frente a Caín por cometer el fratricidio en su hermano Abel, inducido y gozado por una acentuada patología sádico-masoquista, que serían taras y aberraciones atávicas intrínsecas como congénitas de ese dios imaginario, hecho a la justa medida del impostor que han dado en llamar Moisés.

Pero esa campaña que emana y organiza el cabecilla de los detentadores del Poder, y que tiene carácter indeleble de nueva fase y escalada de las oleadas terroristas de Estado que implantara el capo di tutti cappi, Leonel Antonio Reyna, a partir de 1996, y las que formalmente anunció y estableció en su perorata, al cumplirse los 75 días de su ascenso al Poder y haber llevado a cabo la aceptación del soborno de 22 millones de dólares que le hiciera Ramón Buenaventura Báez Figueroa, a través de las tristemente famosas flamantes residencias mellizas de los Altos de Piantini, de las que publicamos sendas fotografías y detalles comprobatorios de ese acto delictivo. De esa campaña terrorista de Estado, que lleva ahora casi 20 años cumplidos, el balance del saldo de ciudadanos asesinados, víctimas de dicho terrorismo de Estado Pálido Pelegato Boschista, leonelista y danilista, al camellero le corresponden cerca de 80 mil, resultado de un promedio de 4 mil ciudadanos dominicanos, abatidos por el terrorismo de Estado entronizado por tales desenfrenados y ejemplares continuadores de la labor del leproso moral Juan Emilio Bosch Gaviño, designado así por espía pagado de la CIA y agente mercenario a sueldo de los gobiernos norteamericanos desde el 1940, como a la vez agente infiltrado en el seno de la oposición anti-trujillista por el mismo dictador Trujillo, criminal, peón y sirviente como verdugo de los yanquis y de la Iglesia Católica-Vaticano, como viene a ser el jugoso premio de miles de pesos que el sátrapa orquestó otorgarle a Juan Emilio Bosch Gaviño en el 1944, con motivo de la celebración del primer centenario de la segunda independencia nacional, esto es, la del 27 de febrero del 1844.

Pero la ilegitimidad y la ilegalidad, como el carácter fraudulento del gobierno continuista Pálido Pelegato Boschista del Gángster Murmullo, el Dañino Medina, necesariamente le obliga a recurrir al recrudecimiento del terrorismo de Estado, una vez efectuado su nunca visto fraude electoral, su atentado grotesco contra la democracia y su definitiva prostitución de las elecciones como expresión del sufragio universal; ocurriendo, que en esta ocasión, en que los detentadores del Poder del Estado, los pálidos pelegatos boschistas, amenazan con ejercer el terrorismo de Estado de manera nunca antes vista ni conocida. El terrorismo de Estado éste, involucra a los pálidos pelegatos boschistas, no sólo desde arriba hasta abajo, sino desde abajo hasta arriba, por cuanto en esta nueva oleada terrorista de Estado están involucrados los comités de base del Pálido Pelegato Boschista, en manos principalmente de la banda del Gángster Murmullo, el Dañino Medina, y además los comités de barrios de amas de casa. financiados por los ayuntamientos pálidos pelegatos boschistas, y los que reciben sobornos sistemáticos a través de las Tarjetas Solidaridad.

Este componente es de suma peligrosidad, por cuanto conllevará a un enfrentamiento violento entre las víctimas del terrorismo de Estado con los elementos civiles de base del Pálido Pelegato Boschista y sus bandas.

Quienes orquestan los escándalos sistemáticos en la prensa escrita, radial y televisiva sobre la delincuencia, son esos miembros de los comités de base directamente pálidos pelegatos boschistas, danilisas y leonelistas; de los comités de amas de casa barriales, pagados y sobornados por los ayuntamientos, así como los miserables corrompidos y envilecidos, sobornados con las tarjetas de Solidaridad.

Alicia Ortega es una agente de estos sobornos.

Lo mismo de CDN y el tío Tom, idiota e imbécil y gay Félix Victorino, de un reaccionarismo antropológico y antológico.

Pero el centro de la campaña de instigación y propaganda para que se lleve a cabo la carnicería, pero con más crueldad e intensidad que la que Leonel Antonio Reyna implantó, que el Perrodé, con el genocida y criminal de lesa humanidad Rafael Hipólito Mejía, descarado y desvergonzado agente confeso de la CIA y del imperialismo yanqui como del Mosad judío, le dio formal continuación y profundización, del 2000 al 2004, está ubicado, el centro de esa campaña, en la prensa escrita, y, particularmente, en las letrinas de inmundicias de Pepín Corripio, sobre todo en “Hoy” y “El Nacional”.

La campaña de éstos no es sólo de manera directa, pintando las cosas como si aquí la gente viviera atemorizada, que no sale ni a las calles, sino de amedrentamiento e intimidación, como de desmoralización y en busca del acobardamiento de quienes, aún dentro del marco de la politiquería derechista, lacayuna y entreguista, han tenido la voluntad de enfrentar y desafiar al despotismo Pálido Pelegato Boschista gubernamental.

De uno escribieron que la culpa de que le hicieran fraude y no saliera senador, como aspiraba, era que se había radicalizado, y eso le acarreó serios problemas y le seguiría acarreando muchos más.

Y, en efecto, apenas 5 ó 6 días después, le incendiaron, en la base de autobuses de la central que dirige en el marco urbano, 13 guaguas del transporte público.

Otro tanto ocurrió con el cantantucho y viejo desertor emepedeísta terrorista Manuel Jiménez, que se vendió al Pálido Pelegato Boschista y al danilismo, como se hizo chopo del gay y narcotraficante síndico, el tahúr Juancito Sport. Desde las páginas amarillas intimidan y aterrorizan a Manuel Jiménez diciéndole: “Recógete, no te radicalices”, esto es, no caigas en el extremismo de defender tus derechos, ni exigir el cumplimiento cabal de la ley y la legitimidad.

Sucesivos articulejos de adocenados y amanerados amaestrados en la abyecta servidumbre de la gleba ante las pandillas de cabecillas mercenarios, transgresores de los derechos democráticos, como de la dignidad de los demás, a lo que dichos bichos y sabandijas han arribado, luego de hacer de tránsfugas deleznables, queriendo encubrirse con riquezas y patrimonios frutos directos de sus felonías y traiciones; de todo lo que, efectivamente, en comprobación olímpica de su condición de leproso moral, por espía pagado y agente a sueldo de la CIA y del imperialismo yanqui como de sus lacayos redomados, tipo Trujillo, o el tirano alimaña Joaquín Balaguer, el leproso moral, Juan Emilio Bosch Gaviño, erigió el núcleo, el alma, la espina dorsal y su figura de ideología de la lepra social y moral del social-reformismo, el entreguismo y el más obtuso lacayismo, recubierto con el asqueroso disfraz del desarrollismo y un supuesto progresismo, cuya esencia, contenido y significado se define, se realiza, en la consolidación, ensanchamiento y perpetuación de los beneficios leoninos a favor de los monopolios imperialistas yanquis y el oscurantismo supersticioso y parasitario de sanguijuela, de la Iglesia Católica-Vaticano y del cristianismo.

Asaltando las arcas del Estado, saqueando las riquezas nacionales, depredándolas y vendiéndolas si no regalándolas a precio de vaca muerta, se le puede llamar en buen castellano, vender lo inalienable, propiedad de una nación y de un pueblo. Aunque estamos absoluta y totalmente convencidos de que, para quienes carecen de honra y decoro patrio y de amor sincero y desinteresado por su pueblo, su lenguaje y su contenido y significado es, a pesar de algunos pasajes comunes, completamente diferente de pies a cabeza.

Creando patrimonios personales y familiares que, en un juicio por depredadores, gánsteres y asesinos, esos vendrían a ser la primera y determinante evidencia probatoria de su total culpabilidad.

Véase, por ejemplo, como el agiotista y depredador desde el 1996, José Ramón Peralta, ahora, en aras de implementar su desesperada campaña coercitiva y represiva en el marco de su política oficial y general, que es la del terrorismo de Estado, aparece admitiendo que la delincuencia se ha incrementado.

Y el gángster número uno, el mismo camellero, el Gángster Murmullo, apareciendo en público ordenando la militarización de las calles con los escuadrones policiales de la muerte cerrando filas junto a militares, para que el terrorismo de Estado y sus crímenes y asesinatos de ciudadanos, queden como culpa de todos.

Y el chopo y chulo de la doña Flor con sus varios maridos, con un aire cínico y sarcástico dentro de la ironía, hablando de que aplicará mano dura.

Pero, ¿y su responsabilidad y complicidad con el narcotráfico, con el contrabando de mercancías y con las bandas de sicarios policiales y para-militares mata-choferes, cuyos vehículos, con protección policial y militar, llegan a Haití, donde son vendidos?

 

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