Solo un delincuente oportunista, o flamante jurista, como Carlos Balcácer, Chachito, puede acreditar que Miriam la P, salió limpia del estercolero que es la Procuraduría y todo el aparato judicial

Esta se pavonea de estar trabajando, en violación de la Constitución dominicana, con la DEA con la CIA con el FBI, en su aventura mercenaria a favor del gobierno del mojón Luis Abinader

4-10-2024

 

La presente alocución mía, es decir, la de hoy, la voy a llevar a cabo sustentándola en la tesis de Aristóteles, el más sabio pensador de la ignorante Grecia de la antigüedad. Decía este Aristóteles que los proverbios son fragmentos de una viejísima sabiduría, preservados dichos fragmentos de los naufragios y las ruinas del tiempo, gracias a su brevedad y a la justeza de su tono.

Así hablaba Aristóteles de los proverbios. Pero, ¿qué son los proverbios? Los proverbios son los refranes, son dichos. Por ejemplo, si es el valor de los dichos, de los refranes, puedo decir con toda seguridad que los principios fundamentales del marxismo-leninismo han devenido, en el transcurso del tiempo, en proverbios. Por ejemplo, Lenin afirmaba: "Si los axiomas geométricos afectaran intereses de clase, serían refutados". Con esa expresión, empieza Lenin su trabajo de explicación sobre lo que es el oportunismo revisionista.

Así mismo hay que pensar cuando Kant, el más eminente materialista vergonzante, como justamente lo definieron Marx y Engels, decía que hay básicamente dos filosofías: la filosofía universitaria y la filosofía de la vida o existencial. Atribuyéndole este vagabundo de la filosofía, Immanuel Kant, como charlatán e inmundicia del pensamiento alemán, le atribuía a la filosofía de la vida el papel primordial sobre la filosofía universitaria. En gran parte Kant podía tener razón, porque la filosofía universitaria es una filosofía adulterada y ajustada para defender los intereses de la clase dominante; como precisamente Marx definía el derecho en su introducción al estudio del derecho de Hegel: "El derecho no es más", decía Marx, "que los intereses de la clase dominante ungidos en el velo de la legalidad".

Esto me vino a la memoria en estos días cuando Carlos Balcácer, el delincuente oportunista, aventurero y terrorista, o flamante jurista al amparo, claro está, de los delincuentes que ejercen el Poder, siempre dicen que la par de él, no pareja, no, par de él, es decir, igual que él, la rufián Miriam la P (y la P no por procuradora, sino por perra) había salido limpia de su aventura mercenaria a favor del gobierno del mojón Luis Abinader, un embeleco con mucho fleco, sin cabeza, pestilente; al que desde un principio yo saludé designándolo como Luis Guaidó, por la basura esa venezolana que fue designada presidente de Venezuela por el filibustero presidente de los Estados Unidos. Pretendiéndose hoy hacer lo mismo con el agente de la CIA y sicario de la CIA, el inmundo González Urrutia, de la banda de mercenarios de la oposición venezolana, jauría de lacayos desarmados y vende patrias; en este caso de Venezuela y de toda América Latina.

¿Y cómo podía decir Carlos Balcácer, Chachito, como se le conoció en el tigueraje de las alturas de la Marco Ruiz o calle 20, donde él inició su correría de malhechor politiquero de esa izquierda terrorista, asaltante, mata policías, asalta billeteros, de lo cual nunca ha renunciado? Porque el que pisa ese camino y da un paso en él jamás se libera de esa mácula. Chachito Carlos Balcácer será siempre un delincuente, será siempre un rufián, nunca tendrá ni un ápice de seriedad; y estoy dispuesto a demostrárselo en cualquier lugar y como él lo desee.

Carlos Balcácer ha dicho que Miriam salió limpia. Miriam la P salió limpia por su paso por la Procuraduría. Señores, a Miriam la P la encontramos ahora mismo en la prensa, pavoneándose de estar trabajando en violación de la Constitución dominicana, con la DEA, con la CIA, con el FBI. Chachito: crápula, hijo de la gran puta, tu par en perrerías y fechorías, transgresores de todos los principios éticos y de toda moral, ¿puede decir una persona que, ostentando el cargo de procuradora general de la República de un estado nacional, sin la autorización de su Congreso, se brinda, como prostituta que es, a actuar como mercenaria al servicio de la DEA, de la CIA, del FBI y del imperialismo norteamericano, como se ha cansado y se le han gastado las nalgas de servir a los jesuitas y a la Iglesia Católica? ¿Salió limpia? ¿Ha salido limpia de esta aventura? Solamente Chachito puede dar ese calificativo, porque Carlos Balcácer no conoce lo que es moral, ni lo que es ética, ni política de principio, porque es un atracador y asesino vulgar.

Él no ha explicado nunca, porque no puede hacerlo, lo que hizo con los fondos del atraco, que lo llevaron a tirarse por La Barquita perseguido por la Policía Nacional, que eran sus cómplices. Y después aparece varios años después como jurista, al estilo de Ramón Pérez Martínez Macorís, el carnicero de Lion, versión dominicana. En un país donde se presentan tales espectáculos y que son protagonizados los mismos por funcionarios gubernamentales, hay que tener la cara muy dura para decir lo que dice Chachito. Claro, Chachito es un crápula, es una inmundicia social, es una carroña; y sus calificativos a Miriam no tienen valor que no sea el de un gargajo de un tuberculoso. Porque es evidente que a Chachito le gusta escupir para arriba para que le caiga en su descaro de rostro.

 

Volver a la Página Principal